El valor sentimental que adquiere un piso heredado, hace que una reforma en él sea, además de especial, muy cuidadosa. Así fue el proyecto "Urgell" que llevó a cabo Sincro, un estudio de interiorismo y reforma integral en Barcelona que se adentró en el reto de dar un giro radical a la casa de una vecina del barrio de Sant Antoni. El objetivo principal del nuevo hogar, que contaba con una superficie original de 67 metros cuadrados, era adaptar la vivienda a las nuevas necesidades de la clienta, cambiando el estilo decorativo por uno más actual y transformándola en un espacio de mayor confort.

Para ello, la distribución de la casa cambió, enfocándola a una funcionalidad superior. Si la versión anterior contaba con cuatro dormitorios, ahora la zona diurna se ha reducido a dos, pero se han ampliado otras estancias principales como la cocina con isla abierta al salón y comedor, que favorece la circulación y el acceso a todos los rincones del lugar. Con todo esto, han conseguido una casa que es, ante todo, muy luminosa gracias a los grandes ventanales con los que cuenta.

El resultado final es un piso perfecto para la propietaria, con una decoración muy acogedora en la que predominan los tonos blancos, como en la cocina. Muebles de madera y colores neutros para el salón y, para los dormitorios y otros espacios, se ha seguido el mismo patrón que en las zonas principales, con la misma gama cromática. ¿Vemos el antes y después? ¡Vamos!