Con unas increíbles vistas panorámicas a la playa de Ereaga y el puerto viejo de Getxo, una vivienda de 155 m2 ubicada en el pueblo de Algorta, necesitaba reformarse para poder integrar en el interior de la casa la suerte de la viveza y naturaleza que la rodea. Y es que la luz no atravesaba ni siquiera las estancias, por lo que había que poner alguna solución para que la luminosidad pudiera ser la clara protagonista.
El equipo de OAT Arquitectura consiguió que esta vivienda, de cuatro dormitorios, pasara de ser un espacio anticuado y sin nada de provecho, a un hogar cuyas estancias se han podido adaptar a la vida actual, con aperturas al exterior y con la funcionalidad y potencia de la zona de día a través de la conexión de todos los ambientes. ¿Vemos el antes y después? ¡Es sorprendente!