Convertir casas y espacios sin vida en un lugar de ensueño, familiar, tranquilo y sobre todo, perfectamente decorado, es pan comido para la interiorista Blanca Yagüe y la estilista Pilar Perea. Cuando trabajan juntas, son capaces de transformar viviendas nada especiales en hogares de catálogo, mejorando así la vida de las personas que los habitan a través del interiorismo. Ese es el lema que lleva por bandera Blanca Yagüe, cuyos proyectos tienen como resultado una decoración o reforma de forma integral que se adapta a los gustos y a las necesidades de sus inquilinos. De esta forma, se equilibra perfectamente con el trabajo de Pilar Perea.
Así es como ambas han llevado a cabo un proyecto común trasladando su trabajo y pasión hasta Chiclana de la Frontera (Cádiz), para dar un giro de 180 grados a la casa de José y Rup, los dueños de una maravillosa vivienda de dos plantas con jardín que, aunque contaba con una materia prima extraordinaria a la hora de su compra por lo amplia que es, hasta ahora era una casa sin ningún tipo de vida y encanto. Una vez que se pusieron manos a la obra, hicieron que este hogar pasara a ser una "casa azul" preciosa que dejó de estar muy compartimentada para transformarse en su espacio soñado, un lugar familiar donde disfrutar de reuniones familiares y con amigos.
Ahora, todas las estancias están muy comunicadas entre sí, con recurridos muy cortos entre unas y otras. Todo ello gracias a tirar tabiques que no aportaban nada, uniendo un porche cerrado al salón y añadiendo toques de personalidad y calidez con revestimiento de palillería, celosías... y por supuesto, el predominio del tono azul para hacer ese guiño a la costa de Cádiz y cumplir con la petición de sus propietarios, quiénes querían una propiedad con un aire marinero y muy luminosa. ¿Quieres ver las imágenes del antes y después de esta bonita casa para ver el gran cambio? ¡Desliza hacia abajo!
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