Adiós dormitorios pequeños: 10 colores para pintar las paredes que SIEMPRE los hacen parecer más grandes

No hay manera de empezar esta lista sin mencionar al eterno ganador. El blanco puro refleja la luz como ningún otro color, dando la sensación de que las paredes se "desvanecen". Es estupendo para dormitorios con poca o nula luz natural, aunque es importante añadir calidez con los textiles. De lo contrario, aunque la habitación parezca más amplia, también se verá muy desangelada.

¿Te parece que el blanco puro puede resultar un poco frío? El blanco cálido es una alternativa ideal para añadir suavidad y crear un ambiente acogedor sin perder la sensación de amplitud. Este tono, con matices crema o beige, es perfecto para dormitorios que buscan transmitir calma y combina de maravilla con textiles en tonos tierra, grises suaves o verdes apagados.

El beige nunca pasa de moda, y por una buena razón. Este tono otorga un toque de elegancia y calidez, haciendo que los dormitorios parezcan más grandes sin sacrificar estilo. Combínalo con tejidos de lino para un look natural.

Esta mezcla perfecta entre gris y beige es el neutro moderno por excelencia. Aporta una sofisticación discreta y, dependiendo de la luz del día, puede verse más cálido o más frío. Funciona genial con muebles en tonos blancos o negros, e incluso con acentos metálicos como el de este espejo tipo ventana.

Si buscas un color relajante que evoque la naturaleza, el tono arena es tu aliado. Este beige con un toque dorado refleja la luz de manera sutil y aporta una sensación de amplitud y calma. Añade tejidos de lino o algodón a través de las cortinas, los cojines y los plaids para potenciar su efecto, ¡y disfruta!

Un amarillo pálido y pastel puede ser la opción más luminosa y acogedora para dormitorios pequeños. Este color transmite energía y alegría sin saturar el ambiente, funcionando especialmente bien en espacios con luz natural.

Si te apetece un color distinto que no tenga nada que ver con los neutros, prueba con el azul claro. Este tono transmite frescura y serenidad, creando una sensación de amplitud en cualquier habitación. Si lo combinas con muebles blancos y juegas con los colores de la ropa de cama, incluyendo alguna pincelada mostaza y tejidos como el lino, el resultado te sorprenderá.

Otro color que se sale de los típicos blancos y beiges, es el verde empolvado, con un subtono apagado que conecta con la naturaleza y crea un efecto de profundidad que logra que las paredes parezcan alejarse.

¿Siempre has sido fan del rosa? Pues estás de enhorabuena, porque este color, cuando tiende hacia un tono maquillaje, es decir, más cálido y apagado, también es genial para conseguir que una habitación se vea más amplia.

Si lo tuyo son los tonos más modernos, el gris perla es tu color. Este tono claro y sofisticado combina con cualquier decoración. Además, funciona como un lienzo perfecto para añadir acentos en tonos vibrantes como el verde.