Cuando una familia con niños se hizo con este piso en Barcelona no solo tenían el reto de actualizarlo e iluminarlo, sino que también había que reunificarlo. Porque originalmente se dividía en dos partes: una señora mayor se había hecho un pequeño apartamento y su hijo se hizo otro más grande con el resto de la superficie. Cuando los actuales propietarios lo compró, su primera decisión fue contar con el equipo de Antinea Interiorismo, a quienes conocían por una reforma anterior.

“Aquí tiramos todo abajo, no quedó ni una pared”, prosigue la interiorista al mando del proyecto, Marta Noguera Trias. El resultado refuta los prejuicios que aseguran que el color gris es aburrido. Al contrario: es envolvente, está de moda y tiene la capacidad de elevar al cuadrado la sofisticación de cualquier ambiente. En toda la casa, se juega con una tonalidad más clara y otra más oscura y el resultado es elegante, actual y sobre todo cálido.

Cálida también es la melamina italiana con tacto de piel que usaron en dos de los muebles (de los muchos a lo largo de la casa) que hicieron a medida en el salón: la pieza con estanterías y, en perpendicular, la librería con escritorio en la que posan las interioristas de Antinea.

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