"Clásica, con un punto de casa inglesa... Con mucho papel pintado, madera, alfombras... Veníamos de una casa ultramoderna y queríamos todo lo contrario, que fuera personal y muy vivida, que te sintieras a gusto solo con entrar en casa. Y puedo decir que el objetivo, lo hemos conseguido", se sincera María, la propietaria de este piso en Madrid. ¿El secreto del éxito? El buen entendimiento con la decoradora Aurora Monasterio. “¡Y eso que me miró horrorizada cuando le expliqué lo qué queríamos! Porque no es para nada su estilo, pero gracias a ella hemos acertado de lleno”. ¿Y lo mejor? ¡En menos de un mes!

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