Pudo volver a descansar gracias a Cristina Manene y Fernando Orte, de Arquitectura Al Descubierto, quienes descubrieron que no solo no era necesario que el techo falso de la casa fuera tan bajo, sino que se le podría extraer hasta un altillo. Tanto los propietarios como los arquitectos creen en los espacios despejados y limpios, por eso las vigas fueron sustituidas por esas piezas de acero que tensan y sostienen las paredes de salón, comedor y cocina.
Además, los arquitectos (con muchas aportaciones del propietario) convirtieron la antes apurada distribución en un gran espacio abierto y desahogado. En realidad, esconde un complicado puzle donde cada pieza está justo donde debe estar. Por ejemplo, la cocina es como una navaja suiza.
Diseñada por Dosde Estudio Cocinas a partir de muchas ideas del propietario, alberga ingeniosos secretos. Por ejemplo, no hay campana, sino un extractor de humos que, cuando no se está utilizando, se esconde en la placa de inducción y solo aparece cuando se está cocinando.
Esta es una de las pocas ideas que no aportó el propietario. Nicholas es economista, así que cuando le decimos que cómo es posible que sepa tanto de lo que funciona y lo que no en una casa, nos cuenta entre risas que “en Alemania prácticamente te echan de casa a los 18 años y empiezas a crearte hogares: compras muebles, vas a rastros, distribuyes muy pronto”.
Este cazador de ideas decorativas no descansa: las discretas mesitas de noche son también cosa suya. "Vimos esta idea de hornacinas en un hotel y la quisimos: nos ahorra espacio y cada uno tiene sitio para dejar sus cosas”.
Todo suma y todo fluye para que esta céntrica casa parezca estar casi en el campo. “Todo el que viene alucina con el silencio y la paz, y nos preguntan si de verdad esto es el centro de Madrid”, concluye orgulloso Nicholas.