Uno de los grandes trucos de las interioristas para conseguir una casa relajante ha sido usar los mismos colores, pero en diferentes combinaciones. Los tonos neutros se repiten por toda la casa, desde el comedor hasta el dormitorio pasando por cocina y baño: blanco, gris, beige y vuelta a empezar. Y siempre en formatos quedan ganas de tocar (lino, madera, lana, terciopelo...), ¡porque esta casa parece abrazarte y relajarte!
"El color da vida, pero cansa, por eso tiene que ser fácil de cambiar. Las maderas, los tonos arena, el blanco y los colores naturales son el equivalente a un fondo de armario, como una camisa blanca a la que das personalidad con complementos. Con cojines, flores y cuadros sobre una base muy neutra y suave, puedes dar personalidad a tu casa y, si en unos años cambias de idea, solo cambias los cojines y ya está renovada", explica Marina Reguant, interiorista de Marina&Co. ¡Nos ha convencido! Y a ti, ¿te gustaría vivir con más calma? No te pierdas esta casa en Barcelona e inspírate para conseguirlo.
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