"El piso original era tan grande que los propietarios prefirieron dividirlo en dos y quedarse con uno. ¡La obra fue mayúscula! Tuvimos que hacer la distribución interior de cero y diseñamos muchos muebles a medida para que el nuevo fuese práctico y cómodo. Un requisito indispensable para la familia”. Quien habla es la arquitecta Anna Esquirol, de LaiaUbia Studio, que trabajó mano a mano con el arquitecto Bernat Argemí para transformar esta vivienda heredada en Sabadell (Barcelona).