"Los sueños, sueños son", decía Calderón de la Barca. Pero a veces esos sueños se convierten en realidad. Y eso es lo que le ocurrió a la decoradora Elena Jiménez con esta casa en el pueblo de Llavaneres (Barcelona). Se enamoraron enseguida de su jardín, pero los interiores necesitaban una remodelación completa. "Era la típica casa de veraneo muy compartimentada. Piensa que tenía cuatro dormitorios y cinco baños. ¡Un horror!", recuerda Elena. Pero su instinto y los años de oficio le hicieron ver sus muchas posibilidades.

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