Era el verano de 2018 y tan pronto Marta, la actual propietaria, alquiló por unas semanas esta casa en un pueblo de la provincia de Gerona, tuvo una revelación: "Me di cuenta enseguida de que era perfecta, porque estructuralmente estaba tan bien pensada que no requería ningún tipo de obra. Aparte de sus espectaculares vistas, la luz natural que tiene todo el día y que está a escasos 100 metros del mar, pensé que podrían disfrutarla nuestros tres hijos con sus parejas y sus retoños. Cuando los tengan, claro está. Siempre digo que este es un proyecto familiar de futuro". Con tantos factores a su favor, a nadie sorprendió que hace escasos meses decidiera comprarla.
Principalmente, ese es el motivo por el que todas las paredes y los techos están pintados con el mismo tono arena. No solamente porque resulta estéticamente atemporal, sino también porque se ajusta a la perfección a lo que es una casa en las afueras relajada, moderna y confortable. "Buscaba que tuviera un solo hilo conductor, que ante todo fuera un hogar sin estridencias", remarca. Por ejemplo, eso lo ha conseguido llenando los espacios de fibras sobradas de calidez como el mimbre, el lino o el yute. "¡Las cortinas de yute me apasionan! Al estar por toda la casa son un elemento unificador precioso", nos explica.
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