Es de auténtico capricho. Desde fuera me pareció una casa de cuento, con sus tejadillos a distintas alturas, sus plantas colgantes, sus ventanas como si fueran claraboyas de un barco. Y con piscina forrada de un gresite de los de toda la vida, azul verdoso, que está pidiendo a gritos que te metas en el agua. Pero bueno, ahora iremos a los detalles porque así, desde lejos, ya parece una maravilla, pero una maravilla aún distante, y todo tiene más verdad y más prestancia visto de cerca y mejor aún si se puede tocar.
El interior cuenta con espacios amplios con grandes ventanales y salida directa al exterior. Las estancias están decoradas con tonalidades claras y luminosas, paredes en color arena y tapicerías y alfombras cubriendo el suelo de mármol. Y es que todo está muy pensado, gracias al gusto de la afortunada propietaria de la casa, hija de español y de alemana. Además, el reparto de los espacios está muy bien distribuido. Así, en la planta baja se sitúan las zonas comunes como el estar y el salón y las habitaciones de los niños. Mientras que en la planta superior se encuentra el amplio dormitorio de los padres, que cuenta con chimenea, zona de lectura, dos baños y dos vestidores. En fin, lo dicho, los deseos hechos realidad y una garantía de privacidad muy de obligación en una familia tan numerosa. ¿Cuál de estas estancias te han gustado más?