Paraíso en Andalucía: esta acogedora casa con porche en Ronda se llama 'La Morera' y es la casa soñada

"Queríamos dar vida a esta maravillosa finca antigua de cerca de 800 m², para poder llegar nosotros y acoger a viajeros de todas partes del mundo", cuenta la pareja. Y desde entonces, llevan 20 años yendo y viniendo. Elementos que mantuvieron: el camino empedrado y los muros dobles, que daban carácter.

"Siempre que fue posible, se conservaron y restauraron las puertas antiguas, las chimeneas y los armarios". En el salón se incluyó una butaca tapizada en azul con reposapiés, que crea contraste con los sofás en azul. 

Al hacer la reforma, decidieron que la zona de la entrada sería para el comedor. “Queríamos un ‘efecto wow’, impactante, nada más entrar". ¡Y lo consiguieron gracias a la enorme mesa y el amplio espacio!

"Eliminamos el primer piso, ganamos muchísima altura y la mesa del comedor la hizo a mano un carpintero en Inglaterra con madera de abeto Douglas. Ahora hay espacio para reunir hasta a catorce comensales”, comentan.

Los muebles de la cocina también se hicieron a medida en Inglaterra. Desde allí trajeron la cocina de la firma Rangemaster. “Necesitábamos que fuera muy grande, para poder cocinar para un gran número de personas y, la verdad, nos costó muchísimo encontrar un modelo similar por aquí, por lo que decidimos importarla”, explican Nick y Romy.

Llegamos a los dormitorios, donde la pareja eligió una mezcla de muebles atemporales, piezas con encanto y muchas fibras naturales. La butaca y el escritorio –junto a la ventana–, son piezas de familia. Nos llama la atención la cama de madera oscura antigua: “Los muebles, los colchones, las sillas, las mesas, las cómodas, las lámparas y los elementos antiguos, vinieron desde Inglaterra. Excepto esta cama, que procede de Indonesia y la adquirimos en una subasta en Devon", nos cuentan.

"Otras piezas las compramos en tiendas artesanas en Ronda. Y de los viajes a Marruecos nos trajimos las alfombras, las lámparas y la cerámica", nos cuentan. Esta cama procede de un anticuario. 

Sobre todo, se decantaron por sumar personalidad con piezas en azul y blanco que pusieran el toque de color en todas las estancias. "Nos pareció una manera de reflejar las tonalidades del cielo", añaden.

¿El mueble estrella? Una bañera con patas de hierro, que han colocado en la suite principal y que pintaron. “Nos costó mucho decidir el color de las puertas y las ventanas. Finalmente, elegimos el tono ‘Skylight’ (‘Cielo’) de Farrow & Ball. Sentíamos que fluía con el resto de colores mediterráneos de la casa, así que ¡nos animamos a pintar la bañera!”, confiesan los anfitriones.

¿Más cambios? Las vigas. "En las casas de campo españolas suelen ser de álamo, con troncos muy largos y rectos, y a menudo se dejan naturales. Pintamos algunas y dejamos otras en su estado natural. También el suelo es nuevo. Muchas casas de esta zona de España tienen baldosas. Nosotros queríamos algo un poco diferente y que creara una pisada más suave y una atmósfera más cálida, por lo que pusimos un suelo de sicomoro y encerado tradicional".

“Soñábamos con una casa de verano 100%, con esa luz y ese sol que tanto nos gusta del sur de España y una atmósfera relajada", concluyen. Y lo han conseguido.