A simple vista, esta casa mallorquina escoltada por la Sierra de Tramuntana parece una de esas típicas “posesiones” de la isla con siglos de historia a sus espaldas. ¡Nada más lejos de la realidad! Se terminó de construir hace casi tres años, pero Jordi Obiols, su propietario, quiso imprimirle ese aire rústico balear de antaño. ¿El resultado? Un remanso de paz en plena naturaleza, equipado con todas las comodidades y decorado con mucho gusto. "Es una casa estupenda y realzaría el valor que tiene su situación. Me fascina el entorno, poder pasear por estos caminos de montaña y sentirte libre. ¡Es un privilegio!", asegura. ¿Entramos?