Luces, madera y dorados son los protagonistas de la casa rústica más bonita del mundo, ¡y portada de Navidad en El Mueble!

Con esta casa, desde El Mueble hacemos una propuesta de decoración festiva sutil, natural y muy cálida. "La casa es una construcción nueva que respeta la tradición de la zona, con tejado a dos aguas y mucha madera", nos cuenta Marta, la interiorista. Desde las vigas del salón hasta la coquetísima cocina -pasando por los muchos muebles que Marta diseñó a medida para el proyecto-, las maderas nos recuerdan que estamos en la montaña, en concreto en un refugio tan cálido que no pudimos evitar elegirla como nuestra casa favorita de Navidad.

"La cubierta y el techo de pino nos vinieron dados, por lo que teníamos que hacer que el resto ‘funcionara’ con esa madera. Por eso pusimos un suelo de roble y en todo el mobiliario intentamos igualar ese color", explica Marta. En toda la casa, las paredes y armarios son de un tono piedra, las maderas son de pino o roble y hasta las alfombras tienen su continuidad por toda la vivienda.

El truco de Marta fue unificar colores y materiales y nuestra estilista Olga Gil-Vernet ha respetado ese código, también para esta decoración de Navidad. La primera clave que ha aplicado Olga fue la siguiente: "usamos algunos detalles dorados, pero sin excedernos. Los tonos son neutros como el beige o los ocres. Queríamos una decoración serena", nos cuenta. Para vestir esta casa de fiesta, la estilista apostó por un manto festivo, pero no chillón. Oro viejo, mucho verde y luces estratégicas en forma de guirnaldas navideñas y velas son los detalles perfectos para unas fiestas reposadas, pero muy felices.

"Si tienes una casa con mucha madera, a su calidez natural puedes agregarle algunos adornos dorados. Es una combinación que funciona muy bien", nos cuenta Marta Tobella quien, para el amaderado salón con ventanas con vistas de postal, no quiso obstáculos visuales (de ahí la bonita consola en la que se apoya el sofá).

En esta casa hay dos árboles: uno en el porche, en blanco y nevado, y otro en el salón, en verde, alto y frondoso. Mide 240 cm y es de Bossvi. Las bolas, de un dorado envejecido muy logrado, parecen antiguas. Son de Bon Vent. Son un adorno artesano que queda genial colocado en la puerta, en la chimenea, en las sillas, en el centro de mesa o incluso en el sofá. "Lo ideal es personalizar los regalos y envolverlos incluso con un papel básico, como este marrón de paquetería. El lazo es el que da el toque glamouroso y nos recuerda que lo importante es el detalle", indica Olga. 

La cocina, integrada en el salón y el comedor, está hecha de madera para mantener la estética del resto de la vivienda y, de paso, subrayar la atmósfera de montaña en la que se ubica. ¡Nos encanta!

"Puedes lograr una mesa de Navidad aunque no tengas una decoración 100% navideña", nos comenta Olga.  "Basta con añadir algunos detalles especiales. Pueden ser tus soperas heredadas, unas velitas, esas copas que te gustan tanto... lo que sea", añade. Ella ha usado un mantel de lino crudo, unas servilletas con ribete mostaza y unos bajoplatos de fibra natural.

El punto especial lo da la vajilla: "usamos algunas piezas de vajilla antigua, con unas campanas de cristal en cada plato que quedan muy decorativas. Como centro de mesa navideño pusimos bolas y hojitas doradas, combinadas con ramitas y velas de diferentes tamaños", detalla. 

En el dormitorio también se empleó el mismo acabado de la madera de pino de techos, vigas y carpinterías para el cabecero a medida que va de pared a pared, y que se ha decorado con unas guirnaldas y varias velas que nos recuerdan que estamos en Navidad.

En el baño, la madera de pino sigue siendo la protagonista. La vemos en el techo abuhardillado, pero también en las carpinterías y el marco del espejo. Para darle más ligereza, se eligió un mueble abierto que se decoró con cestas de fibras.