El increíble cambio de una casa oscura e irregular convertida en un hogar familiar amplio y lleno de luz en Barcelona (con vídeo)

Nos recibe un agradable jardín con piscina y un porche que resulta de lo más acogedor gracias a su decoración con muebles de fibras naturales, una encantadora mesa de madera y una pérgola con cortinas blancas. Visto esto, nadie podría imaginar que antes esta casa era oscura y sin vistas al exterior.

La interiorista Sandra Mora asumió el gran reto de darle una nueva vida y lo consiguió con creces. "Era un inmueble de los años 70, muy cerrado y lleno de rejas. El exterior tenía mucha pendiente y no se podía acceder a él desde ninguna habitación de la casa", nos cuenta. Nivelar el jardín entero para que estuviera en un mismo plano "fue una obra faraónica", pero lograron habilitarlo para poder disfrutar de él durante todo el año.

Ahora el salón está lleno de vida: luminoso, decorado en tonos arena, con mesas de madera que ponen el toque natural y rodeado de vistas al jardín. Ha ganado acceso directo al porche e invita a largas conversaciones en familia en torno a una chimenea con boca de hierro que rompe con la neutralidad de la casa.

"Es una de nuestras estancias favoritas. ¡Nos parece espectacular tener esas vistas de fondo!", recalca la propietaria. Y es que, Sandra también consiguió que se viera el mar, algo impensable inicialmente debido a la irregularidad del terreno. Y es que la premisa principal de los inquilinos siempre fue crear un hogar fácil y cómodo para llenarlo de vida, ¡y lo consiguieron!

La interiorista igualó los suelos de la planta baja en un porcelánico de color topo y unificó los elementos decorativos en función del tono suave de las carpinterías. La madera de las mesas de centro y las estanterías dan ese punto de calidez que contrasta con la rigidez de la baldosa, mientras los textiles de lino en cortinas, estores y sofás crean un ambiente envolvente y acogedor. "Las dos butacas, retapizadas en pata de gallo, eran de su antigua casa y tienen más de 40 años", apunta Sandra.

Nos topamos con otros muebles de herencia familiar y fuerte carga emotiva, como la cómoda colocada bajo el ventanal que conecta con la sala de la televisión. "Es un antiguo mueble panadero que perteneció a mis suegros y eso me hace conectar con ellos", explica la propietaria.

Ocurre lo mismo con otros muebles de herencia muy valiosos para la familia, como la majestuosa mesa que preside el comedor. "Era de la sala de juntas de mi padre y Sandra le ha hecho un lavado de cara magnífico", apunta.

Y hablando de conservar elementos con historia, es inevitable fijar la vista en el techo de esta estancia: un artesonado antiguo de casetones con relieve que decidieron respetar, eliminando el tono de madera oscura original que le restaba luminosidad.

Esa claridad que envuelve cada rincón también inunda una estancia que ha resultado ser todo un éxito. "Me mudé diciendo que nunca más comería en la cocina, por eso pedí una isla pequeña, ¡y ahora no salgo de ahí!", comenta divertida la propietaria. ¡Y no nos extraña!

A continuación del dormitorio principal encontramos un generoso vestidor con zona de tocador, también con todos los muebles hechos a medida. Los armarios de suelo a techo se distribuyen a lo largo y ancho de todos los frentes de esta estancia, regalando un sinfín de capacidad de almacenaje.

Además, las puertas prescinden de molduras y ornamentos, por lo que da sensación de uniformidad que contribuye a crear un ambiente neutro y apacible. El tocador es un sencillo aparador de madera, de líneas minimalistas, y se completa el mobiliario con un funcional banquito de madera en el centro del vestidor.

Acabamos con el gran baño en suite, que consta de sauna y bañera exenta. El mobiliario sigue la misma tónica que el resto del dormitorio, donde predominan los muebles a medida de madera, tanto el armario superior, con mucha capacidad de almacenaje y espejos que reflejan la luz y dan sensación de mayor amplitud, como del mueble del lavabo volado, con superficie en blanco y grifería empotrada en negro como única nota de color.

Cuesta creer que un cambio tan radical se ha logrado en tan solo 40 semanas. ¡Todo un récord! "La casa ha quedado espectacular y todo es mérito de Sandra", reconoce la orgullosa propietaria.