Los niños lo cambiaron todo. Y no, no es un decir. Porque con la llegada de sus hijos Silvia y su marido no tuvieron otra que irse de alquiler y dejar esta maravillosa casa en la zona alta de Barcelona: “No estaba preparada para una familia con niños pequeños. La piscina, por ejemplo, formaba parte del salón. Sin ningún tipo de protección. ¡Imagínate con niños pequeños gateando por aquí!”, recuerda Silvia, propietaria de Borondo Beanbags, una tienda online de pufs y complementos textiles.

Pero tanto Silvia como su marido le tenían demasiado cariño a la casa como para no darle una segunda oportunidad: “La casa era enorme y el barrio era perfecto para los niños, porque es supertranquilo. Puedes ir a todos los sitios a pie. Pero si queríamos volver, no había otra que reformarla para adaptarla a una familia que, por entonces, ya era de seis”. Y así lo hicieron. Y es que, a veces, segundas partes, fueron buenas. "Aquí somos felices", se sincera Silvia.

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