A partir de ahora, las imágenes muestran la vivienda cómo es en la actualidad. Y empezamos por el majestuoso salón: “Quería que todo se abriera al jardín, casi como un porche”, añade Cristina, cuya obsesión por la luz y la simetría se advierte en el salón: por un lado hay dos mesas, dos sofás y dos alacenas. El ojo de buey que preside el espacio es por cierto, la única ventana de la planta baja, ya que solo hay puertas al jardín, además de la enorme cristalera de la cocina.
Sofás Toronto y espejo de Casa y Campo Decoración. Alacena y mesas de centro de Flamant. Butacas de Heerenhuis, en Berenice. Lámpara de de pie de Lumina.