Si te enfrentas al dilema del día y no sabes qué hacer de comer, date una vuelta por el mercado y compra coliflor. ¿Te da pereza cocinarla porque no quieres que tu casa coja mal olor? Te enseñamos todo lo que debes saber para sacarle mucho partido, conservarla en buen estado, cocinarla sin que huela mal y, sobre todo, a disfrutar de todas sus propiedades. Para la parte práctica hemos preparado muchas recetas fáciles y rápidas para que te solucionen los menús semanales. ¡Comenzamos!
Propiedades de la coliflor: muchos nutrientes y pocas calorías
La coliflor es una verdura procedente del Mediterráneo oriental, muy saludable por sus nutrientes, que ayudan a reducir el riesgo de padecer varias enfermedades. La coliflor blanca es la variedad más común y puedes encontrarla todo el año, aunque su mejor momento es de septiembre a enero.
¿Adivinas de dónde viene su color blanco? Los agricultores unen las hojas verdes que la rodean. Al impedir la entrada del sol inhiben el desarrollo de la clorofila, el pigmento responsable del tradicional verde.
- Poco aporte calórico. Su principal componente es el agua, lo que acompañado de su bajo contenido en carbohidratos, proteínas y grasas, la convierten en un alimento de escaso aporte calórico.
- Fuente de fibra. Se considera buena fuente de fibra, así como de vitaminas, sobre todo la vitamina C y minerales. Por todo ello favorece el tránsito intestinal.
Cómo cocinar la coliflor: sola o acompañada
Su fama de provocar flatulencia y su olor algo fuerte al cocinarla, hace que no sea la verdura más popular. Sin embargo, puede que le des una oportunidad cuando veas todo lo que da de sí. Puedes prepararla al vapor, al horno, guisada, frita, hervida o gratinada. Al vapor o al microondas son las formas más adecuadas para que conserve la mayor parte de sus nutrientes.
Asimismo, es una guarnición ideal para carnes y pescados, pero también funciona como protagonista absoluta de cremas, acompañada de besamel o simplemente empanada, tal como verás en las recetas con coliflor al final del artículo. El quid de la cuestión en su cocinado es su olor. ¿Qué puedes hacer para evitarlo?
Cómo evitar el mal olor de la coliflor
Hay alimentos que al cocinarlos huelen algo fuerte, como el pescado, el huevo cocido o el ajo. En el caso de las verduras como el repollo o las coles de Bruselas, ese mal olor es debido a los compuestos de azufre que contienen. Estos trucos te ayudarán a evitar el olor de la coliflor:
- Leche. Añade un chorrito de leche al agua en el que vas a cocerla. Le dará un sabor más suave así que saldrás ganando por partida doble.
- Limón. Añade dos cucharadas soperas de zumo de limón y neutralizarás el olor sin aportar sabor.
Cómo conservar la coliflor
Las coliflores se encuentran en su mejor momento entre los meses de septiembre y enero, pero podemos disponer de ellas durante todo el año. Cuando vayas a comprarla, procura elegir aquellas que tengan hojas verdes y tiernas, y una masa firme, compacta y limpia. Si la aprietas ligeramente y se ablanda, mejor coge otra.
- Para conservar la coliflor y sus propiedades nutricionales y organolépticas, puedes mantenerla en la nevera sin sacarla de su bolsa de plástico perforada.
- También puedes congelarla una vez limpia. Para ello hierve los cogollos durante tres minutos y deja que se enfríen antes de meterlos en el congelador.
Cómo limpiar la coliflor
Si no sabes cómo limpiar la coliflor, toma nota. Empieza cortando la base y arrancando las hojas (puedes retirarlas o aprovecharlas como si fueran otra verdura). Lávala sumergiéndola en agua y un chorrito de vinagre durante unos minutos. Separa las distintas partes de la masa, déjala en agua unos minutos más y enjuaga.
Recetas con coliflor
Ahora que ya conoces las propiedades de la coliflor, cómo conservarla y prepararla, te proponemos que amplíes y enriquezcas tus menús semanales con las siguientes recetas saludables y fáciles con coliflor. Entre ellas encontrarás una crema con un toque sofisticado, varias ideas para comer de picoteo, un pastel muy vistoso ¡y hasta una pizza de lo más saludable!