En términos culinarios, decimos que algo nos sabe a gloria cuando está especialmente bueno y disfrutamos muchísimo saboreándolo. Pues la expresión es todavía más cierta en este caso en el que hablamos del bizcocho de convento, gloria bendita para el paladar. Y es que de los fogones de conventos y monasterios salen auténticas delicias artesanales con una materia prima natural, muy asequible y de muy buena calidad. Justamente lo que le pasa a nuestro protagonista de hoy, un bizcocho para el que necesitarás básicos como huevos, azúcar, harina y leche.
Cómo hacer bizcocho de convento
¿Recuerdas el bizcocho de yogur en el que se utiliza como unidad de medida el propio envase? Pues es el mismo caso, solo que aquí será un vaso. Como en repostería las cantidades cuentan (y mucho) hemos añadido también la equivalencia en gramos por si te sirve de ayuda.
Para el bizcocho de convento te quede de fábula, lo primero que tienes que hacer es sacar los ingredientes refrigerados para que estén a temperatura ambiente. En cuanto al molde, lo ideal es que sea redondo y desmontable de 24 cm, aunque si lo tienes más grande o incluso cuadrado también te sirve, ya que se trata de un bizcocho que sube mucho.
Ingredientes (para 4 personas)
- 4 huevos M
- 1 vaso de aceite de girasol (150 ml)
- 1 vaso de leche (150 ml)
- 1 vaso de azúcar (150 g)
- 1 vaso de harina de trigo (100 g)
- 1 vaso de harina de maíz (100 g)
- 1 cda. de levadura química (15 g)
- 1 cda. de esencia de vainilla
- Ralladura de 1 limón
- Azúcar glas
- Sal
Elaboración
- Paso 1. Empieza cascando los huevos y separando las claras de las yemas. En el bol de las claras añade una pizca de sal y bate con varillas eléctricas hasta que tengan espuma. Agrega 2 cucharaditas de azúcar y móntalas a punto de nieve. Añade el resto del azúcar al bol de las yemas y bate bien.
- Paso 2. Vamos ahora con los ingredientes secos, pero antes precalienta el horno a 180 ºC. El secreto para obtener una textura fina es tamizar la harina, la levadura y la maicena en un colador de malla fina y añadirlas al bol de las yemas. Mezcla, vierte el aceite y la vainilla y vuelve a mezclar.
- Paso 3. Cuando tengas una masa homogénea, agrega la ralladura y remueve bien. Estos pasos son importantes para que quede todo integrado. Por último, añade las claras montadas en dos veces teniendo cuidado de no revolverlo demasiado, simplemente mezcla suavemente realizando movimientos envolventes y así no se bajará el punto de nieve.
- Paso 4. Vierte la mezcla en el molde engrasado y forrado con papel sulfurizado, paredes incluidas. Hornea hasta que al meter un palillo en el centro salga limpio, por lo general tardará entre 20 y 30 minutos.
- Paso 5. Saca el bizcocho del horno, pero mantenlo en el molde hasta que haya templado. Cuando lo desmoldes, pósalo sobre una rejilla hasta que esté completamente frío. Entonces podrás decorarlo con azúcar glas. ¡Y ya lo tienes!