Los espárragos son tallos jóvenes y tiernos de la esparraguera. Si se cubren de tierra hasta el momento de cosecharlos serán blancos, mientras que si se dejan crecer con luz del sol, se pondrán verdes. La principal diferencia entre los espárragos trigueros y los verdes, aunque ambos tienen este color, es que los primeros son silvestres y más finos que los segundos, que son cultivados. A la hora de degustarlos, se perciben también diferencias en el sabor, siendo más valorados los silvestres.
Los espárragos trigueros tienen muy pocas calorías, mucha fibra y mucho ácido fólico, vitaminas y minerales, así que son una opción a tener en cuenta cuando estás pensando qué hacer de comer. Combinan fenomenal con pasta y arroz, y muchas proteínas animales como huevos, beicon y salmón, como comprobarás en las siguientes recetas fáciles y rápidas.