Una de las tareas más agradecidas de la casa es cocinar por gusto. Cuando preparamos esos platos de repostería bien ricos y dulces, conseguimos alegrar a todos los comensales e, incluso, a nosotros mismos. Además, durante el proceso de elaboración, podemos eludir la realidad mientras hacemos una absoluta delicatessen. 

Uno de los platos más clásicos, sabrosos y, que gusta a todo el mundo, es el bizcocho. Conseguir que uno de estos nos quede bien esponjoso y bueno, no es fácil, pero con unos consejos efectivos, es pan comido. 

Te ofrecemos una receta tradicional, buenísima y fácil de hacer que no te puedes perder. Con tan solo 5 ingredientes y 5 pasos, serás capaz de hacer un bizcocho para chuparse los dedos. Si se lo ofreces a tus invitados, te darán el título de reina repostera. ¡Mira, mira!

Ingredientes

Antes de empezar debes tener en cuenta cuáles son los ingredientes imprescindibles.  Cuando empieces, ten a mano para que el proceso de cocina sea más rápido.

  1. Prepara 3 huevos
  2.  1 taza de azúcar (200 gramos)
  3. 1 taza de harina de trigo (200 g)
  4. media taza de leche (125 mililitros)
  5. 1 cucharada pequeña de polvo para hornear.

Cómo CONSEGUIR UN BIZCOCHO BIEN ESPONJOSO en 5 pasos fáciles

Bizcocho

Con tan solo 5 pasos y 5 ingredientes podrás conseguir el mejor postre. 

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  1. Calienta previamente el pan: antes de empezar con los pasos de cocinado más elaborados, debes precalentar el pan en el horno, con el objetivo que luego el proceso de absorción y volumen sean más rápidos. Debes calentar el horno, sin el pan, a unos 180ºC. De mientras, prepara el molde que se ajuste a tu gusto y engrásalo con mantequilla y harina
  2. Bate los huevos: coge un recipiente grande y rompe en él los huevos. Empieza a batirlos hasta que queden bien revueltos y añade el azúcar. Sigue batiendo hasta que la mezcla esté bien fusionada. 
  3. Añade la leche: agrega la media taza de leche en la mezcla de los huevos y el azúcar. Remueve hasta que la leche absorba bien los otros ingredientes y quede bien líquida. Hazlo de forma paulatina para que queden los menos grumos posibles
  4. Pon el resto de ingredientes: es primordial que tamices la harina para que luego se integre mejor en la mezcla. A continuación, añádela en el recipiente junto al polvo de hornear. Empieza a batir con movimientos poco bruscos, ya que el conjunto suele estar bastante duro. Este paso es uno de los más costosos, pero aun así, no pares hasta que la masa esté bien homogénea. 
  5. Hornea: pon la masa en el molde y procura que quede bien repartida por todos los rincones. Con la parte de abajo de una cuchara, puedes ir amasando y repartiendo la mezcla para que no quede ni un espacio libre. Introdúcelo en el horno, ya caliente, y deja que se cocine durante una media hora. Ves revisando que no se queme para el resultado que debes obtener sea de un color doradito. Con un palillo, puedes comprobar como se va horneando su interior. 

 

Cuando acabes todos estos paso, sácalo del horno y deja que repose, como mínimo, unos 10 minutos. Un consejo muy importante es que los bizcochos sean más esponjosos y sabrosos, hay que esperar hasta el día siguiente a probarlos. No obstante, si estás impaciente para comerlo, disfrutarás de un manjar clásico y único.