¡Mano de santo!

Se me estaba muriendo una planta en casa y conseguí salvarla con esta sencilla guía de 8 pasos

Tengo la casa llena de plantas porque me encantan. Soy muy cuidadosa y les doy mucho mimo pero, por algún motivo que desconozco, una empezó a pudrirse. La salvé aplicando estos trucos

Sonia Dorado

Periodista especializada en lifestyle

Actualizado a 15 de noviembre de 2024, 08:15

El Mueble | RBA

Desde pequeña, me crié con mi abuela, una señora muy amante de las plantas y de la naturaleza. Aunque la casa donde vivíamos era pequeñita, a ella no le importaba la escasez de metros cuadrados, nada le impedía tenerla llena de plantas por todos los rincones. Tenía macetas con flores y plantas de muchísimas variedades diferentes y su pasión era cuidarlas con mucho amor.

Como era de esperar, este amor por las plantas lo he heredado de mi abuela y también tengo mi casa con macetas por todos lados. Pero, aunque sé muy bien cómo cuidarlas, hace un tiempo me di cuenta que una de ellas estaba muy mustia y apagada.

Rápidamente, me puse a buscar información para ver cómo podía salvarla y di con esta guía de 8 pasos, muy sencilla de poner en práctica y, lo más importante, ayuda a recuperar cualquier planta.

8 pasos para salvar una planta se está marchitando

Muchas veces, por muy pendientes que estemos de nuestras plantas y por muchos cuidados que les demos, un día, nos levantamos por la mañana y, ¡sorpresa!, puede que alguna esté mustia y decaída. Y es que, por si no lo sabías, hay muchos factores que influyen en el pudrimiento de las raíces de las plantas. Por mencionarte algunos de ellos:

  • Exceso de riego
  • Mal drenaje del sustrato
  • Demasiada humedad ambiental
  • Una maceta muy grande
  • Falta de luz solar
  • Ataques de hongos o bacterias
  • Cambios bruscos de temperatura

El Mueble

 

Una señal clara de que una planta está pudriéndose es que, aunque por su apariencia mustia pienses que tiene sed, cuando tocas su sustrato está húmedo. Si la tuya está en estas condiciones, entonces te aconsejo que sigas esta guía de 8 pasos:

  • Paso 1. En primer lugar, debes dejar que su sustrato se seque por completo.
  • Paso 2. Si la planta que está marchitándose la tienes en una maceta de plástico, entonces tienes que sacar el cepellón (la masa de tierra que se queda pegada a las raíces de las plantas y que coge la forma de la maceta en la que están metidas), para que pueda secarse más rápido.
  • Paso 3. Cuando el sustrato de tu planta ya esté seco, debes retirarlo de la planta, con mucho cuidado, para poder observar mejor el estado en el que están sus raíces. Si mientras lo estás retirando ya notas un olor raro, ya sabes que están podridas sí o sí.
  • Paso 4. Una vez tengas las raíces sin sustrato, debes eliminar las que están podridas y dejar únicamente las que están sanas. 
  • Paso 5. Cuando termines, seca bien las raíces sanas de tu planta con un papel de cocina absorbente. De esta forma, te garantizarás de que has quitado todo lo podrido.
  • Consejo extra: Si en este paso te quedas con muy pocas raíces, no te preocupes. Es superimportante eliminar todas las que estén podridas porque, si las dejas, la pudrición seguirá avanzando por el resto de partes de la planta.
  • Paso 6. Ahora, deja las raíces al aire libre para que se sequen y se cicatricen cualquier herida o corte que hayas hecho.
  • Paso 7.  Para acelerar este proceso de secado y cicatrización, puedes poner en las raíces azufre o enraizante.
  • Paso 8. Cuando veas que de la planta están brotando nuevas raíces, ya es momento de volver a trasplantarla.
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