El reino vegetal está compuesto por miles de especies de plantas diferentes, no hay una que sea igual a otra. Cada una de ellas requiere unos tipos de cuidados específicos en función de lo que necesiten para prosperar y crecer de manera saludable. Muchas plantas son de interior, otras de exterior y otras, por si no lo sabías, se adaptan tan bien a cualquier clima, temperatura o ambiente, que puedes colocarlas indistintamente fuera o dentro de casa.
Una de esas plantas de gran adaptabilidad a las condiciones del entorno es la Schefflera arboricola, también conocida como "planta paraguas enana”. Esto quiere decir que, si te gusta el color verde brillante de sus hojas, no tienes limitaciones de ubicación, puedes ponerla tanto en interiores como en exteriores. Esto la convierte en una planta fácil de cuidar y apta para principiantes en jardinería. Te contamos más sobre la Schefflera arboricola (o cheflera).
La cheflera, la planta casi invencible
La Schefflera arboricola es una planta prácticamente invencible debido a su increíble resistencia y adaptabilidad. Esta planta puede sobrevivir y prosperar en una amplia variedad de condiciones, lo que la convierte en una opción ideal tanto para jardineros principiantes como para aquellos con experiencia.
Mientras que otras plantas pueden ser susceptibles a insectos o hongos, la cheflera también resiste muy bien plagas y enfermedades. Además, también se adapta sin problemas a diferentes temperaturas y niveles de humedad, lo que significa que puede vivir tanto en interiores como en exteriores, siempre que no esté expuesta a las heladas intensas del invierno.
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Cuidados básicos de la cheflera
Aunque la cheflera sea resistente a la sequía y sea difícil de matar, sí que necesita que se le den una serie de cuidados mínimos para crecer saludable. Aquí algunos de ellos:
Luz
La Schefflera arboricola, al ser una planta tropical, necesita de luz abundante, aunque también puede adaptarse bien a condiciones de luz media. indirecta brillante, aunque también puede adaptarse a condiciones de luz media. Por eso, colócala en un lugar de casa donde haya mucha luminosidad, como cerca de una ventana, evitando exponerla a la luz solar directa ya que sus hojas podrían quemarse. Si la tienes en un lugar más oscuro, notarás que crecerá más lentamente, pero seguirá prosperando.
Riego
El punto más positivo de la cheflera es que necesita poco riego, aguanta superbien la falta de agua. Lo mejor es regarla cuando la capa superior de su suelo se haya secado entre riegos y asegúrate de no dejar que el agua se acumule en la base de la maceta. Durante el invierno, reduce la frecuencia de riego.
Temperatura y humedad
Esta planta prefiere temperaturas cálidas de entre 15°C y 24°C. Es importante mantenerla alejada de corrientes de aire frío o cambios bruscos de temperatura. También tolera bien la humedad baja, aunque agradecerá un ambiente ligeramente húmedo. Por eso, es recomendable pulverizar sus hojas con agua cada cierto tiempo para proporcionarle esa humedad.
Fertilización
Durante la primavera y el verano, fertiliza tu cheflera cada 4-6 semanas con un fertilizante balanceado que drene correctamente y no se apelmace. En otoño e invierno, reduce la fertilización, ya que la planta entra en un período de crecimiento más lento.
Poda y mantenimiento
Por último, la cheflera también requiere de una poda regular para mantener su forma y promover un crecimiento más frondoso. Revísala de vez en cuando y, si ves hojas amarillas o secas, retirarlas. También ve recortando las ramas que veas más largas para darle un aspecto más compacto.