Con el cambio de hora y los días más cortos, es normal que, en muchos hogares, nos preguntemos qué podemos hacer para ahorrar luz, ahora que (irremediablemente) vamos a tener las lámparas de casa encendidas durante muchas más horas. Y, aunque la luz solo supone alrededor del 15% del gasto total de electricidad de un hogar medio, no está de más conocer algún truco que nos ayude a bajar la factura de la luz. Con pequeños gestos, conseguirás un gran ahorro a final de año.
El primer paso para ahorrar en la luz es mirar hacia tus bombillas. ¿Son incandescentes? ¿Todavía? Según una encuesta realizada por la OCU, en 2020, al menos un 24% de los hogares carecían de bombillas de bajo consumo o led, lo que puede llegar a aumentar considerablemente el gasto. Por eso, para ahorrar en iluminación, lo primero es cambiar todas las bombillas de tu casa por versiones más eficientes. En este sentido, las led son las que ofrecen un mayor ahorro de energía. Si las cambias todas a la vez, puede suponer una inversión considerada, por lo que lo ideal es ir cambiándolas gradualmente. Podrías llegar a ahorrar un 80% en iluminación. Además son más duraderas.
Pero hay muchas cosas más que puedes hacer para que el gasto vaya disminuyendo y que sea una de las partidas de la factura que menos supone. Y todo sin sacrificar el confort.
1. Limpia las lámparas y las bombillas
Parece una tontería, pero las bombillas dejan de ser tan eficientes si están cubiertas de polvo o suciedad. Por eso, de vez en cuando, debes limpiar tanto las bombillas como las luminarias que las lucen. Hazlo cuando estén apagadas y emplea un paño con un poco de alcohol o amoniaco. Evita el uso de agua o se podría estropear.
2. No te deshagas (tan fácilmente) de los tubos fluorescentes
A no ser que se fundan, claro, en cuyo caso deberías llevarlos al punto limpio más cercano. En contra de la creencia general, los tubos fluorescentes no consumen tanta energía como pensamos y cambiarlos no será más que un perjuicio para el bolsillo. Ah, y si eres de los que cree que dejar este tipo de bombillas encendidas supone menos gasto que si se apaga cuando no se usa, destierra esa idea. LO que sí que es cierto es que, al encender y apagar muchas veces este tipo de lámpara, su vida útil podría disminuir, pero no tiene nada que ver con el consumo energético.
3. Elige bien las bombillas
No se trata solo de elegir modelos eficientes, sino que proporcionen la iluminación que necesitamos. Para eso tendrás que fijarte en el ángulo de apertura de la bombilla. Cuanto menor sea el ángulo en grados, más estrecho será el haz de luz. Así, al elegir las bombillas del pasillo, la cocina o el salón, estancias en las que suelen colocarse más focos o downlight, por ejemplo, planifica bien cuántos puntos de luz vas a poner y qué ángulo de luz necesitan las bombillas. Evitarás colocar de más y, por tanto, reducirás el consumo. Ten en cuenta que, para una habitación, será suficiente con una bombilla con un ángulo de apertura de 120º.
4. La potencia lumínica también importa
Igual que no necesitas un motor que llegue a los 300 km/h para ir a 120 km/h, no necesitas bombillas que malgasten potencia lumínica y que, además de deslumbrarte en determinadas ocasiones y dependiendo de dónde se coloque, pueda subir tu factura de la luz. La potencia lumínica se mide en lux (lx), que equivalen a 1 lumen por metro cuadrado. Y es que, para elegir la potencia lumínica que necesita una estancia es necesario tener en cuenta no solo el tamaño de la habitación a iluminar, sino también la altura de los techos, el ángulo de apertura, etc. Así, haciendo un sencillo cálculo sabrás cuántos lúmenes han de tener tus bombillas según los puntos de luz. Multiplicando los metros cuadrados por los luxes
- Salón: 100 - 250 lx
- Lámpara del comedor: 300-500 lx
- Dormitorios: 50-150 lx
- Habitación de estudio: 200 lx
- Cocina: 200-300 lx
- Baño: 150-200 lx
- Pasillo: 100-200 lx
- Despachos o zonas de estudio: 500 lx
Vamos a verlo con un ejemplo práctico: en un salón de 20 m2, según las especificaciones de la tabla tiene que tener como mínimo 100 luxes y como máximo 250 luxes. Imagina que quieres algo intermedio: 200 luxes.
Lúmenes = 200 Luxes x 20 m² ——> Lúmenes = 4.000 lm.
Así, sabiendo cuántos lúmenes necesitas podrás elegir el número de bombillas adecuado y con la potencia correcta.
5. La domótica es tu amiga
Detectores de presencia, reguladores de luz o lámparas crepusculares son la mejor opción para ahorrar sin siquiera esfuerzo. Dependiendo de cada necesidad y estancia puedes elegir un tipo de luz u otra. Por ejemplo, para los pasillos, unos detectores de presencia te asegurarán que nadie se deja la luz encendida por error cuando no esté. Y las lámparas crepusculares se encenderán cuando anochezca y apagarán por la mañana sin necesidad de programarlas. Son una buenísima opción para iluminar la entrada de casa o el jardín. ¡No volverás a dejar las luces del exterior encendidas todo el día sin darte cuenta!
No podemos dejar de hablar de los reguladores de luz que, además de crear ambientes relajados acordes a cada momento, te ayudarán a reducir el consumo de luz cuando bajes la potencia de las lámparas.
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