Limpiar los cristales, los ventanales, la cocina... Por suerte, los trucos de limpieza de nuestras abuelas siguen siendo los más eficaces hasta el momento para nuestro día a día. Son métodos que aún funcionan a la perfección y seguro te sacarán de más de un apuro. Pruébalos y cuéntanos tu experiencia. Recuerda que las abuelas nunca fallan, ellas son las verdaderas expertas de la limpieza.
1. Mando a distancia, teléfono fijo y teclado del ordenador
Limpiar estos aparatos se puede convertir en un problema, pero, por suerte, tenemos la solución. El truco consiste en usar bastoncillos de los oídos impregnados de alcohol. A continuación, solo tienes que pasar el bastoncillo por los aparatos y conseguirás eliminar los restos de grasa y polvo sin riesgo a mojarlos.
2. Brillo en los muebles de madera, por favor
Lograr que los muebles de madera brillen no siempre es fácil, pero con leche lo conseguirás al instante. Sí, sí, con leche. Aplica directamente leche tibia sobre el mueble y pasar después un trapo de algodón por la superficie. Los rayones disminuirán considerablemente.
3. Ollas con comida quemada, ¡ayuda!
Quemar las ollas es un clásico para muchos, sobre todo para aquellos a quienes no les gusta cocinar o no disponen de tiempo. La solución para eliminar las quemaduras es echar vinagre a la olla y dejarla un buen rato en remojo. ¡Funciona!
4. ¡Socorro!, malos olores en la nevera
La solución para combatir los malos olores de nuestro frigorífico es el café. Sí, tal como lo oyes. El método consiste en poner café molido en un recipiente y directo a la nevera. Así se eliminarán los malos olores de la comida. Los primeros días olerá a café, pero después se irá neutralizando poco a poco.
5. Alfombras limpias y sin malos olores
La solución fácil y cara es llevar las alfombras a limpiar por un profesional. Pero si optamos por limpiar las alfombras en casa, el método fácil y barato que tendrás que usar es amoniaco y sal. Así se hace paso a paso:
- Paso 1. En primer lugar, aspira las alfombras bien para eliminar pelos, polvo y ácaros.
- Paso 2. Seguidamente, rocía sal en la alfombra y enróllala unas horas para conseguir su desinfección. Al cabo de un rato, vuelve a aspirar la alfombra para quitar todos los granitos de sal.
- Paso 3. Finalmente, para eliminar los malos olores debes hacer uso del amoniaco. Así, en un recipiente con pulverizador tenemos que añadir dos partes de agua caliente por una de amoníaco. A continuación, agita bien y pulveriza por encima de toda la alfombra. Cuando se seque, los malos olores habrán desaparecido.
6. Las correas de las persianas
Es habitual olvidarse de las correas de las persianas en nuestra rutina de limpieza. Y, en realidad, hacerlo es fácil y rápido. Tan solo tienes que pasar un trapo húmedo con jabón delavavajillas. Con un par de pasadas quedará estupendo. ¡Comprobado!
7. Ventanas: necesitan un buen lavado
Las ventanas tienden a ensuciarse muy fácilmente y limpiarlas no es algo fácil. Pues el papel de periódico es el material ideal para conseguir grandes resultados. Así, pasar el periódico por las ventanas las dejará impolutas. Sí, además, añadimos un chorro de vinagre de limpieza, mejor que mejor.
8. Espejos limpios al instante
La solución para las pelusas que quedan impregnadas en los espejos es una prenda de tu armario: las medias. En primer lugar, pasa por todo el espejo un limpiacristales y, seguidamente, dale un par de pasadas con las medias. Es una forma perfecta de darle una segunda utilidad a tus medias viejas.
9. La solución para las tuberías atascadas
El mejor truco para dejar las tuberías sin malos olores o para conseguir que vuestro sumidero trague agua con rapidez es una lata de Coca Cola. Simplemente, vacía una lata y deja que haga efecto durante una hora. Deja correr el agua y, a continuación, usa el grifo con normalidad, sin ningún atasco.
10. Vaselina y vinagre: la combinación para la encimera
Recuperar el brillo de la encimera de la cocina y el baño es posible con un método muy eficaz. Solo debes mezclar media cucharada de vaselina y una cucharada sopera de vinagre blanco en un vaso con agua y disolverlo completamente. A continuación, moja un trapo y frota la encimera. ¡Como nueva!
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