Ahora más que nunca limpiar y desinfectar es una tarea vital para garantizar nuestra salud, ya que es básico para evitar posibles contagios. Ahora bien, siempre debemos seguir los consejos de los profesionales y evitar posibles desastres que incluso se pueden convertir en irremediables. Realizar prácticas de limpieza perjudiciales como mezclar lejía y amoniaco nos puede llegar a costar la vida y de forma literal.
1. La composición de la lejía
La lejía es un producto muy utilizado para limpiar y desinfectar los hogares. En especial, se usa mucho para el baño y la cocina. Sin olvidar su gran poder para blanquear la ropa. Todo ello es posible por su composición, ya que se obtiene a partir de un compuesto químico llamado el hipoclorito de sodio.
2. El amoniaco, ideal para la grasa
Por otro lado, el amoniaco también es un producto muy utilizado, ya que es un excelente eliminador de grasa. Aunque se suele comercializar diluido en agua, mantiene una gran concentración del mismo. Su característico y fuerte olor lo demuestra.
3. Nunca jamás mezclar lejía y amoniaco
Existen muchas dudas en la actualidad acerca de los métodos correctos de desinfección en los hogares. Y una de las dudas principales es, ¿debemos mezclar lejía y amoniaco? La respuesta es un largo y contundente NO. Aunque ambos productos son ideales para la limpieza, pensar que unirlos puede dar un limpiador aún más potente es un gran error.
La mezcla da lugar a una reacción química que genera un gas llamado cloramina (Nh2ci) que es altamente tóxico. Y esto no es todo, dado que si entra en contacto con las mucosas, se descompone para producir ácido clorhídrico el cual es altamente corrosivo y tóxico. En consecuencia: provoca la irritación de las mucosas y quemaduras en la piel.
4. Qué hacer si te expones a los gases de la lejía y el amoniaco
En caso que de forma accidental te hayas expuesto a los vapores que resultan de la mezcla de ambos productos debes seguir los siguientes pasos:
- Apartarse inmediatamente de la fuente de los vapores.
- Salir al exterior a respirar aire fresco.
- Una vez sereno, buscar atención médica enseguida.
5. Todo puede quedar en un susto
Lo mejor que puedes hacer tras la exposición a gases tóxicos es llamar al 112 Emergencias. Ahora bien, si consideras que la situación no ha sido tan terrible, te recomendamos como mínimo llamar al Control de Envenenamientos. Ellos te darán las instrucciones sobre cómo proceder. A grandes rasgos, sería seguir los siguientes consejos:
- Pedir instrucciones específicas al teléfono de Información Toxicológica para evitar daños.
- Volver mucho tiempo después al lugar.
- Una vez dentro abrir una ventana para darle tiempo a los vapores a disiparse.
Realmente es muy importante ser cauteloso con el uso de ciertos productos de limpieza. ¿Limpiar? Por supuesto, pero ante todo con seguridad. Un buen sustituto de la lejía y el amonIaco es sin duda el bicarbonato y el vinagre, dos productos ideales para la limpieza del hogar.