Por qué no hay que limpiar la vitrocerámica cuando está caliente

Cada vez son más las personas que se unen al club de la vitrocerámica. Y es que disponer de una vitro en la cocina es una opción mucho más segura y sostenible que otras cocinas tradicionales. Además, es mucho más fácil y rápida de limpiar. Ahora bien, esto no significa que tengas que descuidar de su limpieza, ya que con su uso pueden aparecer ciertas manchas que, con el tiempo, pueden ser difíciles de eliminar. Tener claro cómo limpiar la vitrocerámicaes muy importante para conseguir que reluzca como nueva.

Limpiar la vitrocerámica: nunca en caliente, siempre en frío (con excepciones)

La vitrocerámica debe de limpiarse siempre que se utiliza. No cuesta nada pasar un trapo por encima, ya que siempre termina por caer aceite o algún alimento. Ahora bien, es muy importe tener claro una regla básica: siempre debe hacerse cuando está fría, no en caliente.

Aunque hay dos excepciones a esta regla: solo se debe limpiar en caliente si se ha derramado algún líquido o si se pega un papel de aluminio o plástico. Esta es la única forma de evitar que la mancha se adhiera por completo.

Pero... ¿Cómo limpiar la cocina de vitrocerámica en estos dos casos? El truco consiste en cubrir de forma inmediata la mancha con jabón y una vez que se enfríe un poco empezar a quitarla con la ayuda de una rasqueta. ¡Pero ojo de no quemarse!

Utensilios básicos para limpiar la vitrocerámica

Muchas son las personas que piensan que los estropajos y rascadores son perfectos para una limpieza eficaz de la vitrocerámica. Pero, en realidad es todo lo contrario, ya que terminan por estropearla y rayar el vidrio. Lo ideal es sustituirlas por esponjas suaves, bayetas o paños y un rascador. Todos ellos son utensilios suaves que evitan dañar la superficie.

Además, también es importante utilizar ollas y sartenes con fondo liso y evitar las de barro para no dañar su superficie. Es importante utilizar siempre los recipientes apropiados para que dure mucho tiempo: los utensilios fabricados con material ferromagnético y de fondo plano, liso y grueso son los ideales.

Productos para limpiar la vitrocerámica

Una vez descubiertos los utensilios necesarios para limpiar la vitrocerámica, incluso cuando está muy sucia, es muy importante también conocer los mejores productos para limpiarla y conseguir grandes resultados. Pueden ser líquidos o cremosos, pero, sobre todo, deben tener agentes minerales, disolventes y productos de silicona.

Lo más habitual es optar por una pasta densa que debe ser extendida por toda la superficie de la placa vitrocerámica y dejarla actuar unos minutos. Seguidamente, hay que retirarla con la ayuda de la esponja y el rascador ¡y listo! Se pueden encontrar una gran variedad de marcas con productos específicos para la vitrocerámica y de diversos precios. Incluso hay marcas blancas que son igual de buenas.

Soluciones caseras para limpiar la vitrocerámica

Ahora bien, si quieres ahorrar unos euros y elaborar un remedio casero para limpiar la vitrocerámica toma nota.

• Bicarbonato y vinagre. Estos dos productos, juntos, se convierten en un potente desengrasante. Tan solo debes mezclarlos hasta crear una pasta y extenderla por la placa, dejarla actuar unos minutos y retirar. Hazlo en un recipiente sin cerrar, ya que su mezcla provoca una reacción espumosa que, en un recipiente cerrado, puede ser peligrosa.
• Limón. Di adiós a las manchas más persistentes con algunas gotas de zumo de limón. Aplícalas por encima de la mancha y deja que actúen unos minutos. Seguidamente, utilizar el rascador para eliminar la mancha y listo.
• Hielo. Es la forma perfecta para conseguir enfriar la mancha y endurecerla. Una vez ablandada, solo es necesario pasar el rascador por encima y verás cómo la suciedad saldrá con mayor facilidad.
• Vinagre y agua. La combinación de ambos productos da como resultado un brillo espectacular. Mézclalos y aplícalos por encima de la vitrocerámica. ¡Fácil y rápido!

Algunas recomendaciones generales al limpiar la vitrocerámica

Asimismo, es importante tener en cuenta una serie de consejos para limpiar la vitrocerámica en profundidad y sin dañarla.

• ¡Alerta el rascador! Al contar con una cuchilla, puede rayar su superficie por lo que debes tener cuidado cuando la utilizas.
• Seca muy bien. Una vez hayas finalizado con la limpieza de la placa es imprescindible secarla con un paño limpio o papel de cocina.
• Siempre guantes. Úsalos para evitar dañar la piel, sobre todo cuando utilizas productos específicos para limpiar la vitrocerámica.
• No utilizar sartenes y cacerolas dañadas. Su uso continuado encima de la vitrocerámica puede terminar por deteriorarla o incluso rayarla.

La vitrocerámica es un gran invento, pero requiere de unos cuidados específicos para que sus beneficios se prolonguen en el tiempo. Seguro que con toda esta información conseguirás unos resultados magníficos.

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