Puede que limpiar la cocina no sea el plan más apetecible de este verano, pero seguro que entre chapuzón y chapuzón encuentras un huequecito para poner a punto alguno de sus zonas más olvidadas o peliagudas. Como te imaginarás, la campana extractora y el cubo de la basura son algunas de ellas, puntos clave en la lucha contra la grasa y el mal olor. Ventila bien la cocina para que los productos de limpieza no puedan perjudicarte, protégete las manos con unos guantes, ponte tu lista de reproducción preferida para que se te haga más llevadero ¡y al lío!

Limpiar la campana extractora

Prácticamente la usas a diario, así que no está de más que aproveches el verano para hacerle una limpieza a fondo a la campana extractora. La mayoría de los modelos cuentan con filtros que puedes lavar en el lavavajillas. Si no estás seguro, te recomendamos que los dejes en remojo en agua caliente con jabón lavavajillas y un chorrito de vinagre de limpieza. También puedes utilizar un quitagrasas, pero lee bien las instrucciones del envase y comprueba que no afectarán negativamente a los acabados o la estética de los filtros.

Para limpiar el interior, rocíalo con un quitagrasas, deja que actúe y pasa un estropajo para retirar la suciedad. Aclara bien y seca con un trapo limpio o una bayeta de microfibra. Por si hubiera caído algún resto de grasa en la vitrocerámica, no está de más que le des un repaso con un producto específico.

Limpiar el frente de los armarios

Muchas veces no nos damos cuenta pero tenemos las manos sucias o grasientas y dejamos marca en tiradores y puertas. Quedarán impolutos si pasas un estropajo suave mojado con jabón de lavavajillas y luego retiras los restos con una bayeta. Si decides liarte la manta a la cabeza, puedes vaciar los armarios y dejar el interior a prueba de revista con un multiusos o vinagre, un producto eficaz y económico. En ambos casos, seca bien para que no queden manchas.

Limpiar los cajones 

¿Cuántas veces al día abres y cierras los cajones de la cocina? No es de extrañar que cuando te quieras dar cuenta estén llenos de migas, polvo o incluso manchas de grasa. Saca cuberteros, tablas, sartenes y demás utensilios, y límpialos con un producto específico teniendo en cuenta el material del que están hechos. Aprovecha para revisar el buen estado de todo, especialmente los táperes que solemos acumular como si no hubiera un mañana. Si necesitas reponer algo, apúntalo para evitar que se te olvide.

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El Mueble

Revisar la despensa

La despensa es otro de los puntos calientes de la cocina, sobre el que debemos estar bastante pendientes para comprobar que no hay alimentos caducados, envases abiertos, humedad o bichitos. Si has estado de vacaciones, conviene que revises fechas de caducidad y te asegures que está todo en orden (atención a los gorgojos de la harina, insectos minúsculos que pueden convertirse en plaga).

Al igual que sucede con los cajones, existen varias cosas que debes tirar o donar de tu despensa, como colorantes que llevan mucho tiempo abiertos o especias que ya no huelen. Cuando termines, limpia las baldas con agua jabonosa y reorganiza los productos priorizando los que más utilices y los que caducan antes. 

Limpiar la nevera

Aprovechando que has estado unos días fuera y la nevera está más vacía, puedes darle un repaso al interior con vinagre y bicarbonato, perfectos para desinfectar y eliminar malos olores. Para limpiarla por fuera deberás consultar el manual de instrucciones atendiendo al material con el que esté fabricada. Para que te hagas una idea, si tu nevera es de acero inoxidable este es uno de los trucos que te ayudarán a tenerla reluciente: aplica aceite de bebé y retíralo con una bayeta de microfibra seca.

Limpiar el cubo de la basura

El cubo de la basura merece una atención especial por ser el lugar perfecto para que ronden bichitos o aparezcan malos olores, sobre todo en época de calor. Además de asegurarte de que cierra bien, tienes que lavarlo a fondo y desinfectarlo. Puedes hacerlo frotando interior y exterior con vinagre. Otra opción es llevarlo a la bañera y lavarlo con jabón líquido para vajillas y agua muy caliente. Acláralo a fondo y deja que seque allí mismo. Repite el proceso con los cubos de reciclaje: si bien el de papel y cartón no suele contener restos de comida, los periódicos y los folletos suelen ser un festín para los ácaros. 

Una vez limpios, para evitar los malos olores, puedes poner bicarbonato en el fondo de la bolsa: si lo pones en el fondo del cubo asegúrate de que luego no apoyas la bolsa en el suelo de la cocina o la alfombrilla de la entrada porque se quedaría blanco. Los posos de café también mitigan los malos olores. 

Limpiar los dispensadores de jabón 

Debido a su funcionalidad y su estética, son muchos los hogares que cuentan con dispensadores de jabón de manos y de lavavajillas en el fregadero. Muchos de estos modelos están también pensados para guardar los distintos estropajos. Para limpiar el de manos bastará con pasar una bayeta húmeda, pero para el de los estropajos deberás lavarlo bien a fondo. El motivo es que, aunque los escurras bien después de cada uso, nunca están secos del todo y esa humedad favorece la aparición de moho y hongos. 

Organizar el armario de la limpieza 

¿Tienes un armario de la limpieza abarrotado hasta los topes con productos que no recuerdas ni para que sirven? Toca revisión. Sácalos todos, clasifícalos por zonas (baño, cocina, salón) y colócalos de nuevo según su frecuencia de uso. De esta manera tan sencilla ahorrarás tiempo al buscarlos y llevarás un mayor control para reponerlos cuando ya se estén acabando.

Lavar los guantes de horno

¿Se pueden lavar los guantes de horno? Pues claro que sí, pero ojo porque los queremos más limpios pero igual de eficaces. Los encontrarás de tela, espuma o silicona. Lo primero que tienes que hacer es leer la etiqueta en busca de alguna indicación o prohibición concreta.

Si hay alguna mancha, trátala primero con jabón de pastilla tipo Lagarto. Salvo que se indique lo contrario, puedes lavarlos en lavadora con un ciclo corto y suave. No se recomienda el uso de agua caliente, suavizante ni secadora. En el caso de guantes o agarradores de silicona, lávalos a mano con agua y jabón.

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Limpiar la fregona

¿Todavía no conoces el truco para limpiar la fregona con una cápsula de lavavajillas? Toma buena porque aquí va: llena el cubo de fregar con suficiente agua caliente para que toda la fregona quede cubierta. Agrega una cápsula de lavavajillas y un chorrito de amoniaco (cuidado con las salpicaduras) y remueve la fregona en el agua para que todas las fibras de la fregona queden impregnadas. Deja que la solución actúe un mínimo de media hora. Aclara, escurre bien y deja que seque colgada al aire libre o bien ventilada antes del próximo uso.

Limpiar los azulejos

Cierto es que no resulta la tarea más entretenida del mundo, pero también lo es que resulta fácil limpiar los azulejos de la cocina sin esfuerzo. Únicamente tendrás que pasar una bayeta con vinagre para eliminar la grasa, pero si están muy sucias mejor recurre a un estropajo humedecido con jabón de lavavajillas. Si tu cocina está pintada, lo más seguro es que sea con pintura plástica que se limpia estupendamente con una bayeta. ¿Las paredes son de papel pintado? Como es resistente a la humedad, te servirá con el mismo método. ¡Y presume de cocina reluciente!