Cuando se trata de limpiar el suelo de casa no todo vale. Aunque la mayoría de las personas crean que la mopa y la fregona son lo mismo y que da igual utilizar una u otra para limpiar los suelos, en realidad son utensilios de limpieza con funciones distintas y no deben confundirse.
Soy Pía Nieto Villa, @PiaOrganiza en redes sociales, y me dedico a la organización y limpieza profesional y a la formación doméstica, a la par que colaboro habitualmente con la revista El Mueble. Hoy os quiero hablar sobre la compleja dicotomía entre fregona y mopa, pues a menudo crea confusión sobre para qué usar cada una y cómo hacerlo según la composición y tipo de suelo. Sigue leyendo, ¡esto te interesa!
la mopa y la fregona, ¿son lo mismo?
Aunque es muy común pensar que la mopa y la fregona son la misma herramienta para limpiar los suelos, incluso, muchas personas creen que esta herramienta tiene dos nombres y puedes llamarla como más te guste indistintamente, la realidad es que son dos utensilios de limpieza de suelos con funciones y diseños completamente diferentes. Es necesario que seas consciente de esta información para que tu casa esté siempre impecable y obtengas mejores resultados al limpiar.
Mientras la fregona está compuesta por un palo largo (generalmente de plástico) con una cabeza de tiras de algodón, microfibra o sintéticas que se mojan en un cubo de agua con detergente, la mopa es más plana y ancho que la fregona y su cabeza está cubierta por una tela de microfibra, algodón o un material electrostático que atrae el polvo. Aunque te acabo de dar algunas pistas sobre sus usos, a continuación te explico con más detalle de cuándo, cómo y por qué es mejor utilizar la mopa o la fregona en determinadas situaciones.
La mopa: ideal para la limpieza en seco
Se suelen cometer muchos errores a la hora de pasar la mopa, por eso, me gustaría destacar que la mopa ha sido diseñada para la limpieza en seco del día a día. Es habitual utilizarla para limpiar suelos que no estén muy sucios, por ejemplo, con polvo, pelusas, pelo, etcétera, aunque también puede usarse en húmedo o mojado cuando una mancha es más difícil de quitar. En este caso, se puede usar con un spray con agua y unas gotas de jabón neutro. También es necesario un cubo especial con escurridor incorporado.
Respecto a su composición, las mopas pueden ser de algodón o de microfibra (poliéster/poliamida). Normalmente, las de microfibra se usan para suelos de piedra natural, pulidos, madera, parqué, gres, porcelánicos, lisos y de baldosa grande para evitar que la suciedad se acumule en las juntas. En cambio, las mopas de algodón están indicadas para suelos más duros, rugosos y sucios, porque se adaptan mejor. ¿Por ejemplo? Suelos de pizarra, baldosa hidráulica, baldosa catalana, hormigón, etcétera.
Como ves, la mopa es muy rápida e higiénica, pero para sacarle el máximo partido, no olvides limpiarla, cepillarla y disponer de suficientes recambios. Además, para mejores resultados, hace falta pasarla en oblicuo haciendo cierta presión para que recoja bien toda la suciedad.
LA FREGONA: mejor en mojado para quitar manchas líquidas
La fregona sigue siendo la estrella para fregar en mojado el suelo de zonas más sucias, como el cuarto de baño o la cocina. Siempre debe hacerse en húmedo o mojado porque la fregona es muy incómoda para pasarla en seco, además, su sujeción de plástico rayaría el suelo y perderías el control por las tiras. Para utilizarla, bastaría con introducir sus tiras en un cubo de agua con detergente y, una vez mojadas, se escurren utilizando un escurridor para evitar un exceso de agua. Por último, se pasa por el suelo para limpiar.
Las fregonas también están disponibles en microfibras y algodón y usar una u otra dependerá del tipo de suelo que vayas a limpiar. Pero cuando se trata de manchas, lo mejor es pasar la fregona de microfibra porque absorbe más, es más cómoda y puedes aclarar mejor. Sin embargo, también aconsejo que, cuando te encuentres con manchas específicas, como aceite, vómito, pis o sangre, antes de pasar la fregona, retires siempre primero la mancha con una bayeta para preparar bien la zona antes de mojarla.
En conclusión: la mopa para la limpieza en seco de zonas con poca suciedad y la fregona en mojado para limpiar zonas más sucias y con manchadas específicas. En cualquier caso, ambos utensilios de limpieza deben quedar perfectamente limpios al terminar de limpiar. Y en el caso de la fregona, aireada para que no huela.