Si formas parte de la resistencia nostálgica que sigue poniendo por delante la cocina de gas a la vitrocerámica, te entendemos: la velocidad con la que calienta la comida, la ventaja de poder usar cualquier olla o sartén que tengas por casa o el importe de la factura a final de mes son motivos de peso. Sin embargo, el momento de la limpieza se vuelve mucho más engorroso y complejo, ya que la grasa y el hollín se acumulan con mayor facilidad. En ese caso, continúa leyendo porque te presentamos consejos infalibles para que tus fogones se mantengan limpios y relucientes.
Cómo limpiar los fogones de la cocina fácilmente
1. Comienza por las rejillas
Limpiar las rejillas de la cocina de gas es más fácil y rápido de lo que parece: tanto como cinco minutos. ¡Eso sí! Es importante que seas constante para evitar que la grasa se incruste demasiado: una limpieza semanal es lo ideal. ¿Nuestro truco? Introducirlas en el fregadero con agua caliente, y dos pastillas de lavavajillas. Déjalo actuar durante unos cinco minutos y ¡hecho! Si lo ves necesario, puedes dejarlas en remojo durante más tiempo, o ayudarte de un estropajo o cepillo para eliminar hasta el último rastro de suciedad.
2. Limpia los quemadores
Aquí tienes algunos productos que te ayudarán a limpiar una de las partes más propensas a acumular suciedad. Eso sí, ¡recuerda! Es importante comprobar que los quemadores están completamente fríos: de lo contrario, al entrar en contacto con los productos, pueden emitir vapores muy perjudiciales para la salud. Lo ideal es escoger una estancia amplia y de fácil ventilación para llevar a cabo la limpieza:
- Vinagre (o limón) y bicarbonato: estos dos ingredientes que no podían faltar en ninguno de nuestros consejos de limpieza. En este caso, el truco consiste en meter los quemadores en un cazo con agua caliente y echarle un chorrito devinagre o de limón junto a unas cucharadas de bicarbonato. Deja que la mezcla actúe durante una hora, y después ráscalos con un estropajo para quitar toda la suciedad.
- Amoníaco: a pesar de ser un truco tremendamente eficaz, tendrás que ser paciente para comprobar la magia del amoníaco. Necesitarás simplemente dos cosas: una bolsa con cierre hermético, y 4 cucharadas de amoníaco. Debes meter los quemadores en la bolsita zip junto al amoníaco, y dejar que actúe durante 12 horas, tiempo suficiente para que los vapores penetren en la suciedad y liberen su poder desengrasante. Una vez haya trascurrido el tiempo, sácalos de la bolsa y lávalos con agua y jabón a conciencia, como harías normalmente.
- Limpiahornos: que el nombre de este producto no te engañe, pues tiene una infinidad de usos y podrás emplearlo para limpiar cualquier superficie de acero inoxidable o hierro de tu cocina. El procedimiento no podría ser más sencillo: rocía el producto sobre los quemadores, deja que actúe hasta que notes que la capa de espuma se vuelve casi invisible (unos cinco minutos), y enjuaga con agua abundante.
3. A por la base de la cocina
Es la parte más sencilla de limpiar, pero es imprescindible que nos aseguremos, antes de comenzar, que los fuegos están apagados y completamente fríos, para evitar cualquier accidente. Aplicaremos un método similar al del limpiahornos, pero en este caso con el jabón líquido que sueles usar para fregar los platos. Echa un chorrito de jabón y espárcelo con un paño o un estropajo por toda la superficie. Déjalo actuar cinco minutos y, después, con que simplemente pases el mismo paño húmedo para aclarar, notarás cómo la suciedad queda impregnada en la tela y tu cocina, ¡impecable como el primer día!
Y para concluir, la profesional del orden y la limpieza Paula Seiton @paula.unsitioparacadacosa te da las claves para mantener la cocina limpia siempre. ¡Toma nota y ponte manos a la obra!
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