Ahora que parece que el teletrabajo ha llegado para quedarse, tener una zona de trabajo lo más en orden posible es casi una necesidad. Así que pasa revista a todo lo que tienes encima de la mesa y no utilizas y a todo lo que acumulas en los cajones. Igual que en decoración, en orden: MENOS ES MÁS

Libretas que no usas

Abres un cajón y tienes 3 o 4 libretas empezadas en las que hace tiempo que no apuntas nada. Revisa tus notas y quédate con las que tenga más páginas libres. Seguro que el resto las puedes tirar sin problemas o dásela a tus hijos para que las aprovechen.

NOTAS Y TARJETAS DE VISITA

Seguro que tienes sobre el escritorio notas que en un día fueron importantes, pero ahora ya no sabes el porqué. Coge esos pequeños papeles y tíralos a la basura junto con tarjetas que cogiste en una tienda o alguien te dio pero que no has mirado desde entonces.

Varias tazas o botellas

No recuerdas que ya tienes una y siempre acabas acumulando varias. Solo necesitas una taza bonita o una botella reutilizable, el resto va fuera. ¡Verás como despejas tu mesa de trabajo!

Buhardilla blanca con zona de trabajo con mesa con patas en aspa.

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Un flexo que nunca enciendes

Si tienes encima de la mesa una lámpara de iluminación puntual que nunca enciendes porque no la necesitas, te da calor cuando lo haces o no funciona es otro espacio que puedes liberar de tu zona de trabajo. Llévala a un lugar donde pueda ser más útil.

Bandejas con papeles que no consultas

Otro accesorio que se suele tener encima de la mesa y que solo es práctico si realmente lo usas son las bandejas para organizar documentos. Si al final nunca dejas nada ahí, lo mejor es que no lo tengas al alcance de la mano. Una cosa menos.

Una calculadora estropeada

Si cada vez que tienes que calcular algo y sacas la calculadora del cajón recuerdas que no funciona, es momento que la tires de una vez por todas. Llévala al punto de reciclaje y haz tus cálculos con la calculadora del móvil.

Zona de trabajo con mesa de madera y elementos de inspiración natural. 

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UN CORCHO QUE YA NO TE INSPIRA NADA

Si tienes un pequeño corcho en la pared que solías usar como moodboard pero que hace años que no renuevas, lo ideal es que lo que quites porque lo único que hace es coger polvo. Elige un lugar mejor para alguna foto que quieras guardar y el resto de notas tíralas. Así eliminas una fuente de ruido visual en tu zona de trabajo.

Auriculares que no van

Revisa en tu cajón si tienes varios auriculares que nunca usas. Igual perdiste la almohadilla, solo se oye uno, ya no te gusta... Sea cual sea el motivo, el que no funcione bien del todo y no tengas previsto usar lo mejor es que lo tires.

Una montaña de portafolios

Cuando tu montaña de portafolios transparentes o de cartón amenaza con desmoronarse es que guardas demasiados. Elige los que estén en mejor estado para guardar (mejor dentro de una carpeta o cajón) y los que ya han superado su vida útil (están arrugados, medios rotos o ya no son tan transparentes) es que los tires.

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Zona de trabajo juvenil con organizador de pared de Ikea y balda con archivadores. 

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Calendarios de hace años

Se quedaron colgados en la pared o en un lateral, igual son hasta bonitos, pero no tiene sentido que en tu zona de trabajo tengas calendarios que sean de año pasados. Ahí no puedes apuntar nada solo generan ruido visual.

Millones de clips, algunos muy absurdos

Abres el cajón de tu book o escritorio y millones de clips lo invaden todo. ¿De verdad necesitas tantos? Lo ideal es que los tengas reunidos en una cajita o contenedor y te quedes los normales. Los clips con formas al final nunca los acabas usando.

Bolis viejos que ni pintan

Seguro que tienes un cajón un portalápices lleno de bolis, lápices y demás y, al final, siempre usas como mucho dos o tres. ¿Has comprobado que funcionen? Coge un papel y revisa uno a uno si escriben o no. Los que no vayan y se vean viejos o muy gastados, tíralos.

Rincón de estudio en salón con mesa de escritorio, lámpara flexo de madera y metal, estantería de obra con repisa superior, banco y armario.

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Portalápices feos

Porque te lo regalaron, porque no sabes como fue a parar allí, porque te lo hizo tu sobrina... ¿En serio? Si tienes uno o varios portalápices que no te encantan lo mejor es que te deshagas de ellos. Es importante que en tu zona de trabajo te rodees de cosas que te gusten y te hagan sentir bien.

Post its que ni pegan de lo poco que los usas

Seguro que te pasa: nunca encuentras un post it cuando lo necesitas y en cambio tienes el fondo del cajón lleno de ellos. Antes de comprar más, revisa lo que tienes, pon orden y tira los que ya no vas a usar.

Rotuladores y marcadores que no van

Si eres de las que marcas ciertas cosas con fosforito verde, otras con azul o con amarillo seguro que tienes varios marcadores que ya no pintan del todo pero que guardas por algún motivo. Pruébalos una última vez y si no funcionan mejor deshazte de ellos.

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Detalle de zona de trabajo con accesorios para lápices y organizador de mesa. Todo en blanco. 

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Agendas que nunca usaste (ni usarás)

Cada año igual. Te compras una agenda monísima y no te da la vida para apuntar casi nada. Lo primero es que te plantees si el año que viene vale la pena que te vuelvas a comprar otra agenda que no vas a usar. Lo segundo que tires las que son de hace años.

Grapadoras que no van

Primero, no necesitas tener más de una grapadora en casa. ¿Cuántas veces grapas algo? Y segundo ¿por qué guardas esa que grapa mal la mayoría de las veces? Aunque tenga un diseño bonito o te la regalaran tus amigas, si tu grapadora no funciona bien tírala.


USBs con poca capacidad

El que te dieron en el banco, en una feria, uno de hace años, otro que te hizo gracia porque tenía una forma curiosa... Si tienes tantos usb como para hacer una colección lo mejor es que te deshagas de algunos. Mira primero que no tengan nada importante y tíralos. Mejor si los llevas al punto verde para saber dónde. Quédate solo los que tengan más capacidad y vayas a usar.

Zona de trabajo hecha a medida. Con mesa volada y baldas de DM lacado y archivadores de madera. 

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Facturas y nóminas viejas

Confiésalo, seguro que tienes un cajón lleno de nóminas y facturas que hace años que no revisas. Fíjate un día y hazlo. No deberías de guardar ninguno de ellos más allá de cinco años (según la OCU). Que no te dé pereza, cuando acabes seguro que tienes un cajón vacío solo para ti.

Impresiones y papeles que nunca miras

En un portafolios, apilados sobre la mesa, dentro de un cajón... Seguro que tienes papeles que imprimiste o en los que apuntaste algo pero que hace años (sí, años) que no has vuelto a consultar. ¡Y que ni te acuerdas que tienes! Ponlos en una bolsa de papel y tíralos en su contenedor. Puedes guardarte algunos que solo estén usados por una cara para que pinten los niños o apuntar alguna cosa. Así los acabas de aprovechar.


Una vieja torre de ordenador

A veces pasa: te compras un ordenador nuevo y el viejo se queda ahí arrinconado y nunca encuentras el momento de hacer algo con él. Eso sí antes deshacerte de él. siempre debes hacer una copia de seguridad de su contenido y luego borrar su disco duro. Hay tiendas de ordenadores a los que puedes llevar tu ordenador viejo y ellos puedes aprovechar algún componente y luego llevarlo a un punto de reciclaje.

Detalle de una librería de madera en una zona de trabajo con cajas con nombre para guardar fotos y documentos. 

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Cedés de instalación viejos y hasta algún diskete

Son casi reliquias de la informática que guardas por una mezcla de descuido y nostalgia. No lo hagas más. No tienen sentido que estén ocupando un espacio si sabes que no los vas a usar (a menos que viajes en el tiempo).

Archivadores viejos

Están en lo alto de una balda y en un rincón de tu mesa. Y, aunque tengas espacio para ellos y no te 'molestan', si no has consultado nada de lo que guardas en ellos en años lo mejor es que lo tires. Igual son recortes, artículos, informes... Lo que sea. Pasa revista de si hay algo importante y sino a reciclar.

Cables de origen desconocido

No guardes más cables de impresora u otros cables que tienes y ya no sabes ni que conectan ni para qué sirven. Guarda solo los que vayas a usar (como un alargo) pero los que sean de origen desconocido y lleven tiempo acumulando polvo no los necesitas.

Zona de trabajo para dos con muebles a medida de DM lacado. Con cajones, baldas y la impresora en medio. 

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Esa impresora que nunca usas

Si es porque no funciona desde hace tiempo, llévala a un punto verde. Por desgracia, a veces cuesta más reparar un aparato que comprarse uno nuevo. Si funciona, puedes dársela a alguien que le vaya a dar uso. Lo más probable es que necesite una buena limpieza del cabezal y nuevos cartuchos de tinta.

Alfombrillas para el ratón feas

Con una alfombrilla por cada ordenador te basta. Si tienes algunas de propaganda guardadas por si acaso pero no te gustan nada, mejor tíralas. Las alfombrillas de ratón son casi eternas. Antes te cambiarás el ordenador que a ellas, así que no vale la pena.

Un reposapiés roto

Los expertos recomiendan que para trabajar cómodamente durante horas los pies deben estar ligeramente elevados. De ahí que sea recomendable tener un reposapiés en tu zona de trabajo. Pero solo si lo usas y está en buen estado. Si el tuyo no cumple ninguno de estos criterios lo mejor es que lo tires.