La pintura puede salvarte de una reforma. Sí, pintar puede ser la solución a algunos de esos "defectillos" de casa que queremos disimular, y también ayudará a potenciar sus puntos fuertes. Si no quieres meterte en obras, pero deseas conseguir que tu salón se vea más amplio, tus techos más altos o crear profundidad en la habitación de los niños, recurre a los efectos del color. ¡La pintura te salvará!
Techos infinitos solo con pintura
Ganar altura en las habitaciones es sinónimo de ganar amplitud. Para crear esa sensación visual en tu casa, una herramienta eficaz y económica es la pintura. Con un uso adecuado de los distintos productos y un buen manejo del color, se puede hacer que ciertas superficies parezcan más grandes y luminosas.
Techo blanco, paredes oscuras
En espacios muy reducidos, pintar un techo de color blanco siempre ayudará a elevarlo visualmente, mientras que uno oscuro hará que parezca mucho más bajito. Si optas por un blanco para el techo y tratas de ofrecer un contraste a través de las paredes, por ejemplo pintándolas en un tono gris antracita, conseguirás acentuar la altura de la estancia todavía más.
Para contrarrestar la sensación de estrechez que pueda producirse en espacios alargados, lo más adecuado es instalar iluminación puntual dirigida a las paredes con el fin de separarlas ópticamente, colocando dos hileras de luces halógenas a cada extremo del techo.
Rayas verticales
Si pintas las paredes de arriba abajo con rayas verticales conseguirás hacer que visualmente el techo se aleje.
Decora con este motivo solo una franja o una pared entera, pero no toda la habitación ya que resultará muy cargante y te cansará al poco tiempo. Si no quieres pintar, también puedes utilizar papel pintado. Ya sabes, las rayas estilizan.
Degradado de color o half painted
Es una magnífica idea para decorar una habitación y hacer que parezca más alta. Si pintas franjas horizontales en un mismo color aclarando el tono a medida que se acercan al techo, conseguirás esa percepción. Por lo tanto, una norma básica es pintar siempre con los colores oscuros la parte inferior de la pared, para que en ella se concentre el peso visual, de modo que la superior quede aligerada. Otro consejo es optar por colores suaves, que no resulten muy invasivos en espacios pequeños. Para hacer las franjas horizontales, márcalas con cinta de carrocero y empieza por pintar con rodillo la inferior con el color puro elegido, sin mezclar. Ve añadiendo pintura blanca al color de base en cada una de las franjas. Haz una prueba primero en una zona pequeña y aclara más si te parece muy oscura, hasta conseguir el tono deseado. La franja más cercana al techo debe quedar casi blanca.
También puedes recurrir a la técnica de moda, el halfpainted. Para conocerla mejor solo tienes que echar un vistazo a nuestro artículo al respecto.
¿Casa oscura? ¡Dale luz!
El blanco es el color de la luz por excelencia, porque la refleja al 100% y da lugar a ambientes claros y espaciosos. Es por eso que su uso se aconseja en espacios pequeños como el recibidor. Este efecto se puede potenciar aún más si, además de pintar las paredes y el techo de este no-color, se escoge un mobiliario claro.
En su contra, el blanco puro puede resultar frío y desangelado en zonas solo iluminadas con luz artificial, por lo que en este caso se aconseja sustituirlo por tonalidades de blanco roto, beiges o cremas, que aporten una nota de calidez. En la foto 5 de nuestra galería de imágenes podrás ver un recibidor que resulta amplio y cálido a la par.
El nuevo blanco
Igualmente luminosas y de plena actualidad, las tonalidades más claras de gris son una alternativa perfecta al blanco por su versatilidad y la gran posibilidad de combinaciones que ofrecen. Y es que, al tratarse de un tono neutro, coordina con prácticamente cualquier otro, aunque, si lo que buscas es un acabado sereno y claro, te recomendamos su combinación con el blanco más puro o con colores pastel. Frente al blanco, ofrece la ventaja de realzar las siluetas de las piezas de mobiliario y accesorios, evitando la sensación de monotonía o falta de profundidad que pueda crear un espacio monocromático.
Efectos ópticos, ¡pero qué ven mis ojos!
El trampantojo (del francés trompe-l’œil, “engaña el ojo") es una técnica pictórica que ha sido largamente empleada para engañar a la vista jugando con el entorno, la perspectiva y los distintos efectos ópticos, que busca tanto realzar determinados elementos como falsear otros.
Hoy día, sigue siendo un excelente recurso para crear profundidad donde no la hay, ya sea con motivos realistas (paisajes, falsas aperturas…) o con bloques de color. En este dormitorio infantil se ha creado un mural que proporciona otra dimensión al cuarto.
Pon freno a un pasillo kilométrico
La capacidad de la pintura para equilibrar las proporciones de un espacio es un recurso muy útil cuando el recibidor es, en realidad, un pasillo. Para evitar la sensación de túnel, lo mejor es elegir colores claros que lo amplíen visualmente y pintar de un tono mucho más oscuro la pared del fondo, lo que ayudará a acortar el espacio a la vista. El color elegido para ello también es importante: las tonalidades cálidas parecen acercarse, al contrario de lo que sucede con las frías. Los zócalos a media altura y los techos pintados en un tono más oscuro que las paredes resultan útiles en pasillos que, además de estrechos, tengan mucha altura, ya que parecen ensancharlos y hacerlos más bajos, respectivamente.
Quédate a rayas en el recibidor
Combinar dos tonalidades de un mismo color en las paredes del recibidor, una más clara y otra más oscura, permite modificar visualmente sus proporciones: ensanchándolo –con los tonos más claros en las paredes laterales– o alargándolo –con los más oscuros a ambos lados–, según cómo sea la planta.
Un efecto parecido crean los diseños de franjas: las horizontales amplían visualmente hacia los lados y hacen parecer más bajas las paredes, mientras que las verticales las estilizan.
“Estira” los metros de tu salón
Aunque hemos apuntado una alternativa en boga al blanco -el gris claro-, en un salón pequeño te aconsejamos que no te rompas la cabeza y apuestes por el total look. Pintar paredes y techo de blanco luminoso hará que se vea más amplio y destaquen los elementos del mobiliario que deseemos. Si optas por un ambiente totalmente blanco, escoge sofás de este tono o, como mucho, beiges, para que el mueble rey del salón, que suele ocupar mucho visualmente, no recargue el espacio.
Dale personalidad a un baño pequeño
Si tu baño o cocina no son demasiado grandes, don't worry. Nis pasa a la mayoría de los mortales. La opción del blanco siempre está ahí, pero te aconsejamos ser un pelín más original. Aprovecha que la pared del lavabo suele ser un poco más luminosa y amplia debido a la presencia de los espejos para pintarla de un tono crudo o más vivo. Tu color preferido nunca fallará y dotará al aseo de un aspecto exclusivo.
Efectos especiales
Otros efectos que posee la pintura y que podrás ver con más exactitud en la galería de fotos son estos:
- Efecto muebles nuevos: Si no tienes presupuesto para cambiar los demodé muebles de tu cocina, échale ingenio y maña. Ármate con brocha y pintura especial para mobiliario y píntalos. Si tus paredes son blancas, así como la encimera, atrévete con tonos oscuros para los frentes.
- Efecto camuflaje: Si quieres que un armario empotrado pase inadvertido, píntalo del mismo color que la pared que lo acoge. Solo lo delatará su tirador, si es que tiene.
- Efecto distinguir ambientes: Si deseas diferencias escenas dentro de un mismo espacio (el office de la cocina, por ejemplo) nada mejor que pintar su pared -o paredes- de un color diferente, en pleno contraste.
- Efecto cabecero: No tienes cabecero en el dormitorio y tampoco se le espera... Pues pinta la pared de la cama de otro color y tendrás un cabecero que no ocupa ni un centímetro.
- Efecto estimulante: Sabemos gracias a la cromoterapia que los colores tienen el poder de transmitir sensaciones y emociones. Pues bien, pinta un mapa mundo en la pared principal del cuarto de juegos y conseguirás estimular la curiosidad de los más peques.
Haz que tu dormitorio te acoja
¿Qué le pedimos primordialmente a un dormitorio? Pues que resulte acogedor y relajante. Pinta las paredes en un tono piedra o cáscara de huevo y notarás cómo se vuelve más cálido y acogedor. Eso sí, deja el techo blanco para evitar cualquier sensación claustrofóbica.
Si quieres ver con tus propios ojos cómo los colores pueden transformar los ambientes, te invitamos a que te pases por nuestra galería de imágenes. Su magia no te dejará indiferente. ¡Mira qué trucos!