¡No lo tires! Piénsalo dos veces antes de deshacerte de ese mueble que crees que ha perdido toda la gracia o del que te has cansado. Tiene mucho más potencial del que imaginas. Puede que con un cambio de look no solo pueda encontrar su sitio de nuevo en casa, sino que se convierta en la pieza estrella. Lo mejor: que puedes hacerlo con tus propias manos. Sí, como lo lees. Es más fácil de lo que piensas. Basta con pintarlo y cambiar los tiradores para que parezca otro totalmente distinto.
En nuestro caso, para enseñarte el paso a paso, hemos escogido un antiguo escritorio que pintaremos de azul. Toma nota de todo, elige tu pieza ¡y manos a la obra! Verás qué orgullo cada vez que lo veas.
Prepara la pieza antes de pintarla
1. ¿Qué necesitas?
Ten a mano todo lo necesario: trapos y lijas para limpiar, productos decapantes, el destornillador para quitar los tiradores y barnices.
2. Un buen lugar
No restaures al aire libre, ya que sol y viento resecan pintura y madera. Elige una estancia con luz natural, bien ventilada y sin humedad ambiental.
3. Limpia a fondo
Repasa con un trapo humedecido en agua y jabón neutro. Aplica un decapante con una brocha y retira con una espátula.
4. Trata la madera
Rellena los golpes y desperfectos con masilla para madera. Trata con un producto sellador para que la pintura se adhiera bien.
5. Un nuevo acabado
Pinta con una capa de barniz incoloro si quieres darle un aspecto natural. Para un cambio más radical, tíñelo.
Pintado y acabado
1. Decapa y lija
Elimina el barniz existente con un decapante y frota con lana de acero. Tapa los agujeros que tenga con masilla especial para madera y lija a fondo para permitir que la nueva pintura se impregne.
2. Sigue la veta
Al pintar cualquier pieza de madera. Empieza por el sobre y
ve bajando, así evitas que gotee sobre lo ya pintado. Deja secar y aplica otra capa de pintura. Repite hasta que consigas el tono deseado.
3. Los tiradores
Si son los originales de concha, límpialos con una solución de agua y vinagre antes de colocarlos. Si son nuevos, calcula la distancia de los agujeros antes de taladrar para que queden simétricos.