Sin duda uno de los principales atractivos de vivir en una planta baja es contar con un patio o jardín, en el mejor de los casos. Pero a su vez, este espacio extra al aire libre puede ser un quebradero de cabeza, porque estás expuesto a las miradas de todos los vecinos. Aunque a grandes males, grandes remedios: durante años ha proliferado la instalación de pérgolas, toldos y otros elementos que ofrecen intimidad y hagan de "pantalla" de los vecinos. Y es que, ¿para qué quieres una planta baja si no puedes hacer una cena romántica a la luz de las velas sin que todos los vecinos se enteren?
Sin embargo, como apunta Cristina Alabart, directora comercial de aProperties, "instalar elementos fijos, como pérgolas, no está permitido hoy en día. Todos los elementos deben poder desmontarse". Si los instalas sin el permiso expreso de la comunidad te la juegas a que tengas que desmontarlos.
Otro punto importante que merece la pena tener en cuenta es la propiedad del patio. Como ocurre con las terrazas de los áticos, no es lo mismo que el patio sea comunitario de uso privativo, es decir, solo tú podrás disfrutarlo, que sea parte de la vivienda. En este último caso, debes saber que el mantenimiento, reparaciones y demás problemas derivados del patio deberán correr solo a tu cargo.