¿Cuántas veces has mirado y remirado la pared del sofá y has pensado que deberías hacer algo con ella? Pero, ¿qué? Es lo que los escritores llaman el bloqueo ante la página en blanco. En nuestro caso es ante una pared desnuda. Y no una pared cualquiera, ¡la del sofá! Si éste es tu caso, no desesperes: te proponemos cuatro ideas muy fáciles que puedes hacer tú misma y con muy poco dinero que convertirán la pared del sofá en el imán de todas las miradas. ¿Te atreves?
Lo que dan de sí dos simples estantes...
¡Mira todo lo que puedes crear solo con dos baldas blancas sobre el sofá! Si eliges un diseño con poco fondo –estas miden solo 10 cm– no molestan al sentarse, pero te permiten exponer tu colección de cuadros (y fotos) y renovarlos cuantas veces quieras. Bastará con cambiarlos de sitio para que tu salón se vea diferente, sin tener que usar el taladro y agujerear la pared.
¿Qué necesitas? Un par de baldas y los cuadros y fotos que más te gusten. Aquí, las hemos enmarcado en blanco y negro, y hemos mezclado láminas con ilustraciones y fotos en blanco y negro.
El truco. Para que la composición en blanco y negro no quede sosa, incorpora pequeños jarrones con flores y plantas. Le darán color, frescor y dinamismo.
Para guardar y decorar al mismo tiempo
Si además de decorar la pared del sofá quieres aprovechar al máximo el espacio inspírate en esta propuesta. Atrévete a hacer una composición de cajas como esta, realizada con tres estantes para CD en forma de “L” ensamblados. Un consejo: antes de colgarlos, prueba distintas composiciones dibujándolas en un papel o diseñándolas en el suelo, te harás una idea más real de cómo quedarán.
En un rincón. Coloca la composición en uno o ambos extremos del sofá, así su contenido será más accesible.
No sobrecargues. Aunque si están bien instaladas pueden soportar un peso considerable, mejor deja huecos vacíos, así el conjunto resultará más ligero.
Arrimadero y marcos sin cuadro: ligero y chic
Los marcos dorados son siempre un acierto. Elegantes, decoran tanto que... ¡no les hace falta ni cuadro! Para no sobrecargar, combínalos con otros de madera y mezcla diferentes tamaños que le den dinamismo. Una idea: pon uno pequeño dentro de uno grande. ¿A que queda bien?
Arrimadero blanco. Protege la pared de la rozadura del sofá a la vez que decora por sí solo. Lo forma un zócalo de 15 cm, lamas de 17 cm de ancho cada una, un listón fino horizontal y la moldura redondeada de remate.
¿Te atreverías con un vinilo?
La rama de un árbol, un mensaje alegre o el skyline de NY. Un vinilo transformará tu salón... ¡en lo que quieras! Colocarlo no te llevará más de dos horas. Y si tras un tiempo te cansas, es muy fácil de quitar. Solo tienes que calentar el vinilo con un secador. El pegamento perderá adherencia y podrás quitarlo sin dañar la pared. Luego, límpiala y como nueva.
Con personalidad. Escoge un vinilo que encaje con la decoración y búscale un buen sitio (aquí, centrado sobre la mesa auxiliar).