Renueva las manillas y estrena puertas. Así de fácil. Así de barato. Así de rápido. Y es que pocas "reformas" son tan eficaces e instantáneas como la de cambiar los pomos y manillas de las puertas de casa. Tus puertas parecerán otras en un abrir y cerrar de ojos. Pero antes de ponerse a ojear catálogos conviene conocer bien la nomenclatura para que no haya sorpresas a la hora de ponerse manos a la obra.
No me llames manilla...
Y es que a veces con el nombre de manilla lo englobamos todo. Y no es lo mismo manilla, que pomo o manillón. Descubrimos quién es quién.
Manilla
Es la palanca que sirve para accionar el mecanismo de apertura y cierre de una puerta y las hay de dos tipos: con placa (la palanca está compuesta por una placa alargada) y con roseta (la palanca se completa con una base pequeña, que es la que va sujeta a la puerta).
Pomo
Es una pieza de superficie normalmente esférica que permite abrir una puerta girándolo de un lado a otro.
Manillón
Es un tirador y su uso más habitual es en puertas correderas, para poder abrirlas y cerrarlas con comodidad y con el mejor agarre posible, sobre todo si son macizas, ya que suelen ser pesadas.
Compatibilidad y agujeros
Querer es poder y puedes pasar de pomo a manilla y viceversa sin (apenas) problemas. Según quieras tener que ocultar agujeros o, simplemente, quitar la manilla vieja y poner la nueva.
De pomo a manilla
Si cuentas en casa con pomos antiguos y quieres renovarlos por manillas con roseta, puedes hacerlo sin problemas mediante adaptadores especiales. Y es que, en general, el diámetro de la base del pomo es mucho mayor que el diámetro de una roseta de manilla convencional. Gracias a estos adaptadores, con rosetas de hasta 65 mm de diámetro, puedes reemplazar los antiguos pomos por manillas sin tener que preocuparte por los agujeros.
De manilla con placa a pomo o manilla con roseta
Te va a tocar tapar agujeros. Pero no te apures, es fácil: basta con un poco de barra de reparación, una lija de grosor medio y pintura. Y nunca está de más, una pizca de maña.