Cómo hacer tu casa más luminosa
La luz y los colores
A la luz le encanta el blanco. Como norma básica, el blanco es el color que más luz refleja y el negro el que menos (el que más la absorbe). En medio hay todo un mundo de intermedios, claro.
Pero no siempre el blanco es la mejor opción, en espacios con poca luz natural y orientación norte (no reciben directamente los rayos del sol o solo a primera hora o al atardecer) el blanco puede resultar un color triste, como un gris sucio. En este caso es mejor decantarse por tonos que incorporen un poco de amarillo, un poco de sol.
La distribución más luminosa
La orientación de nuestra casa marcará cuáles son las zonas más luminosas, las que reciben directamente los rayos del sol. Es algo que normalmente, a no ser que sea una casa de nueva construcción, no podemos modificar, pero sí que podemos aprovechar. Lo ideal es que coloquemos las estancias que más utilizamos en las zonas más luminosas. No siempre tiene que ser el salón, puede ser la cocina, si realmente hacemos la vida familiar en ella o el despacho, si trabajamos en casa.
Luz y espacio
A la luz también le gusta el espacio. No estamos hablando de metros (o no solo), hablamos de que si tienes pocas cosas, pocos obstáculos, circulará mejor, llegará a todas partes.
Pero muchas veces la luz natural es muy poca o no llega a todas las estancias, entonces toca facilitarle el camino: abriendo puertas y ventanas, levantando paredes de cristal o reflejándola con espejos.
Cuando se apaga el sol se encienden las luces y cambian totalmente las normas del juego. Crear una iluminación cálida y eficaz, a veces no es tarea fácil. Aquí encontrarás los mejores trucos para iluminar de noche.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.