¿Cómo podemos definir el color beige? Es el rey de la calma, del estilo natural, de la calidez, de la sensación de espacio, de la luminosidad. Es el marco ideal para muchos estilos y materiales. En resumen, es un dechado de virtudes, un todoterreno decorativo. Pero bajo este nombre caben muchos matices de tonos que van cambiando sutilmente con la luz y las tendencias, pero que podríamos decir que recorren desde el marrón clarito al crema.

Y también caben muchos nombres que lo han ido adaptando a épocas, estilos y modas: castaño claro, blanco roto, crudo, topo, arena... En cualquier caso, siempre es un buen telón de fondo para muchas escenas diferentes. Aunque tiene fama de soso, también tiene la suerte de combinar con casi todo. ¡Lo demostramos!

Ventajas del color beige en decoración

El color beige lleva décadas en nuestra paleta. Tomado en ocasiones como un color serio y aburrido, lo cierto es que es versátil, acogedor, cálido y muy luminoso. De hecho, es la mejor alternativa si el color blanco resulta demasiado frío y una de las estrellas entre los neutros.

Y entre sus virtudes no solo destaca por su amplio abanico de posibilidades, sino también por la cantidad de tonalidades que ofrece. Desde las más suaves y delicadas, que bien podrían confundirse con alguna tonalidad más oscura del blanco; a las que se presentan con más fuerza en tonos tierra, que casan con soltura con tonos marrones, pero también fríos como azules o verdes.

Consejos para decorar tu casa con color beige

Si quieres incluir el color beige en la decoración de tu casa tienes varias formas de hacerlo: bien como color predominante o como complementario de otro. En cualquiera de los casos, ayudará subir el nivel de la estancia, haciéndola más elegante, pero también la calidez. Si te quieres lanzar, te proponemos varias opciones:

  • Color beige en las paredes: si tu salón rebosa luz natural, una buena alternativa al blanco (que puede resultar luminoso en exceso) es el beige en las paredes. Tanto si tu sofá es gris, como blanco, marrón o negro, el resultado será cálido y no perderás luz en la estancia. Además conseguirás hacerla algo más elegante y sofisticada. El beis es lo que tiene.
  • Color beige en los textiles: en el sofá, la ropa de cama o las cortinas. El beige será un complementario perfecto para unas paredes blancas. El truco está en añadir algún color más en los detalles, como adornos, jarrones, cuadros, cojines o la manta del sofá. El negro es una opción si persigues la sobriedad, pero si quieres añadirle luz, mejor amarillo o verde.
  • Color beige en los detalles: esta opción funciona a la perfección cuando la base es otro neutro con la misma fuerza. En un sofá blanco o negro, el efecto será similar: suavizará su imagen y calentará la estampa.
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10 tonalidades que combinan con el color beige

Una de las grandes virtudes del color beis es que encaja igual de bien con colores fríos como con calientes. ¡Pero también con los neutros! Hacemos un repaso de sus mejores parejas de baile:

  • Beige y blanco: es la elegancia garantizada. Tanto si quieres suavizar el beige como si quieres darle más calidez al blanco, esta combinación no falla. Ambos aportan luminosidad y agrandan los espacios. Y funcionan en cualquier estancia: desde la cocina, pasando por el salón y hasta el dormitorio.
  • Beige y gris: sobriedad en su justa medida. Si te gustan los ambientes serios, elegantes y sofisticados, esta es tu mezcla. Lo ideal es emplear una tonalidad de gris más oscura, aunque también queda estupendo con los más suaves. El beige servirá para dar la calidez a los espacios que muchas tonalidades del gris no son capaces de lograr.
  • Beige y negro: conseguirás un toque moderno y aplicas toques de negro a una base beis. Aunque siempre conviene incluir algún color más. Lo ideal es que sea un beige más oscuro, como un tono tierra o castaño. ¡Verás qué estilazo!
  • Beige y marrón: al fin y al cabo, el mismo color pero en gradaciones muy diferentes. Y se combinan a la perfección. Esta mezcla conseguirá ambientes muy naturales, acogedores y cálidos.
  • Beige y azul: perfecta combinación para refrescar un ambiente elegante e, incluso, dotarlo de un punto muy vital. El uno aporta lo que le falta al otro. Y puede emplearse de diferentes maneras: con un beige claro con un azul oscuro el ambiente será muy elegante; mientras con un beige más oscuro, tirando a tierra, y un azul medio o pastel el ambiente será fresco y muy natural.
  • Beige y amarillo: el beige no deja de ser un amarillo muy muy muy suave. Por eso, con los tonos más potentes de amarillo consigue dotar de luminosidad al beige sin perder su elegancia propia.
  • Beige y rosa: la mezcla más romántica por excelencia. La suavidad y delicadeza del rosa encuentra la calidez en la elegancia del beige. Y lo mismo vale un rosa fuerte que uno más suave. El resultado será arrebatador.
  • Beige y rojo: elegante y actual, pero con un punto clásico. Si te asusta incluir el rojo, un color con mucha presencia y vitalidad, su combinación con el beige suavizará el efecto.
  • Beige y verde: funcionan igual de bien que el beige y el azul, con resultados similares en términos de elegancia, frescura y calidez. Pero si quieres que en la estancia haya una conexión más presente con la naturaleza, esta es tu mezcla. Arena y verde, no falla.
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La batalla con y contra el blanco

Son los dos colores básicos en decoración para pintar, para las telas... Si te cuesta decidirte, algunos de los beneficios del beige sobre el blanco son:

  • Admite muchos colores jugando a la combinación o al contraste.
  • Convive con todos los tipos de madera y materiales, algo que no puede decir el blanco.
  • Aporta calidez.
  • Más sensación de luz cuando no hay luz.

Y podríamos seguir... Pero para qué discutir si juntos forman la pareja perfecta.

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