60 vestidores de ensueño que desearás tener en casa. ¡Los tenemos todos!

En los dormitorios en suite, no hay nada más cómodo como tener el baño y el vestidor unidos. Es una opción práctica, espaciosa y cómoda. En este vestidor, planificado por la interiorista Cristina Afán de Ribera cuenta con los frentes acristalados y en blanco, lo que aporta luminosidad, mientras que el interior con acabado en roble ofrece calidez. 

Este vestidor está integrado en el dormitorio pero separado por un murete, que le da intimidad. Se ha organizado en dos bloques de armarios, de frentes lisos, sin tiradores y lacados a juego con las paredes, y con un banco central que además de aligerar el conjunto, se ha aprovechado con dos hileras de cajones y una balda. 

Las decoradoras Mausha Marsá y Tanana Montero planificaron este vestidor con dos frentes paralelos y gemelos, lo que refuerza la sensación de orden. Y unificaron toda la carpintería: así los frentes acristalados y con molduras repiten el mismo diseño de la ventana. Con la única diferencia del cristal, que para ocultar el interior del armario se ha elegido ahumado.  

Este vestidor es más pequeño de lo que parece, pero la decoradora Begoña Susaeta supo sacarle el máximo partido con una organización en "U". Además, si te fijas, las puertas son más estrechas de lo habitual, que suelen ser 50 cm, porque así no son un problema a la hora de abrirlas. Todo lacado en blanco resulta más ligero y los tiradores, de madera, dan el toque cálido. 

Apostar por un armario abierto tiene sus ventajas: de un golpe de vista ves toda la ropa, te ahorras el importe de las puertas y ganas sensación de amplitud. Pero en su contra, debes ser una persona muy ordenada, para evitar que el armario se convierta en una leonera. Este armario, que combina madera con laca negra, aprovecha todo el frente de una pared y se ha organizado con soluciones a medida para cada miembro de la pareja. 

Aprovechar un pasillo ancho o un distribuidor para habilitar un completo vestidor, es una manera muy práctica de rentabilizar este espacio muerto. Aquí, la decoradora Toni Molins diseñó dos frentes de armarios en paralelo en el acceso al dormitorio y al baño. Y unificó la carpintería con la del resto de la casa, así cuando la puerta del baño está cerrada, parece una continuación del vestidor. 

La decoradora Paula Duarte aprovechó la amplitud de su dormitorio para planificar un coqueto vestidor a medio camino entre el dormitorio y el baño. Abierto, eligió para el interior de los armarios un acabado en gris a juego con la pared del dormitorio y cerró los armarios con unos visillos vaporosos que dan un toque romántico y delicado. 

El vestidor está, pero está tan bien integrado en la decoración, ¡que apenas se aprecia! La decoradora Sandra Vergara habilitó el pasillo de acceso al dormitorio con un frente de armarios empotrados hasta el techo que pintó a juego de las paredes y aunque tienen cuarterones, al ser rectos, se ven actuales. 

Separado por una puerta corredera del dormitorio, es un recurso muy práctico para disponer de una habitación con vestidor, garantizando al mismo tiempo que este tenga total independencia. Aquí se ha organizado con dos frentes paralelos, uno para miembro de la pareja, y abiertos, para un más cómodo acceso.

Este vestidor tiene la particularidad de unir visualmente el baño y el dormitorio, ya que los armarios de la habitación se prolongan hasta el baño, separados por un paso abierto y una puerta corredera. Son un diseño a medida de la decoradora Asun Antó, responsable de la reforma de la casa.  

Las cajas son las que consiguen que este armario abierto esté ordenado. Son perfectas para guardar las prendas más pequeñas y los complementos. ¿El truco para que queden tan bien como aquí? Que sean todas iguales. Estas, con aspecto entelado, le dan un aire romántico y un poco vintage al vestidor. 

Este vestidor, diseñado por la decoradora Pia Capdevila, es contiguo al dormitorio, aunque disfruta de un espacio totalmente independiente. Para aligerar visualmente los armarios, se han lacado a juego con la paredes, y uno de los frentes, además, se ha acristalado. 

Este vestidor respira un aire campestre debido a sus puertas de pino labradas, que le dan un look tradicional. Para aprovechar mejor el espacio, los armarios se han organizado en dos frentes paralelos. Recuerda dejar un espacio central libre de al menos 100 cm para poder abrir las puertas y moverte sin problemas. 

La decoración de este coqueto vestidor es todo un acierto. Los frentes de los armarios, de un verde azulado, se han diseñado alistonados y con la parte superior con cuarterones con una tela de flores en sintonía con el look campestre que respira la estancia. Las paredes con un papel pintado a rayas verticales dan altura al vestidor. 

Diseñado por la decoradora Jeanette Trensig, este vestidor se ha realizado en el pasillo que da acceso al dormitorio y al baño. De puertas lisas, hasta el techo y sin tiradores, se camufla en el espacio y pasa totalmente desapercibido. 

Aunque el vestidor se integra en el dormitorio, disfruta de cierta autonomía gracias a la librería baja, que sirve de separación visual entre ambas zonas. 

Con un paso abierto sin puerta, estos armarios gemelos sirven a su vez de separación con el baño contiguo. Al no llegar hasta el techo, permiten que la luz del vestidor llegue al baño y viceversa. 

De arquitectura clásica, los armarios se han planificado con puertas con molduras, a juego con la carpintería del dormitorio. Para que resultaran más ligeros y decorativos, se han acristalado y entelado. 

Este vestidor, separado del dormitorio por un paso abierto, se ha planificado abierto pero con la opción de cerrarlo en caso de cansarse. Y es que los módulos son de Ikea, lo que permite equiparlos con puertas sin problemas. 

Con una zona de armarios y un frente de cajones que integra un módulo casillero, este vestidor resulta práctico y muy completo. 

Reunir el vestidor en el baño es una opción muy práctica para desahogar el dormitorio e integrar en un mismo espacio las acciones de vestirse o desvestirse con las de aseo. Aquí, los armarios se han empotrado. Pintados en verde y con los frentes de persiana destacan sobre un baño dominado por los tonos arena. 

Un recurso doblemente práctico: por un lado, es un cabecero de lamas de madera, hecho por los propietarios, y por el otro es una gran cajonera que completa la zona de armarios.  

A pie de cama, estos armarios en un gris intenso son un diseño de la decoradora Laura Masiques. Se han combinado dos módulos simétricos de armarios con dos que tienen armarios y cajones. 

Este vestidor, diseñado por el interiorista Eduardo Arruga, aprovecha al máximo la altura de los techos con una zona de maletero muy útil para desahogar los armarios. Para que sea fácilmente accesible, se ha instalado una barra que recorre todo el armario a la que puede sujetarse una escalera.  

Esta original propuesta es un diseño de la decoradora y estilista Gaby Conde. El tocador, que integra un lavamanos, sirve de separador entre los dos cuerpos de armario y, a la vez, permite tener a mano desde perfumes hasta productos de maquillaje. El espejo, una pieza recuperada, da un aire vintage a una estancia de esencia femenina. 

A pie de cama, este vestidor es capaz y decorativo. Sus frentes se han diseñado con cuarterones, que se han lacado en un suave arena. 

Todo de madera, este vestidor es un diseño de Lara Vallés organizado alrededor de su ventana, que marca el pasillo central entre los dos armarios. Se han combinado dos módulos de dos alturas diferentes para que, del lado de del dormitorio, frene menos el paso de la luz natural.   

Este vestidor, organizado en "L", es tan capaz como minimalista. Empotrado y con los frentes lisos, resulta muy ligero y discreto. ¡Pero un gran desahogo!

Un murete sirve de separación entre el vestidor y la zona de cama. Para que el vestidor disfrutara de más luz, el murete no se prolongó hasta el techo. Y para aprovechar mejor el espacio, se planificó abierto, sin puertas que se comieran el espacio. 

Las flores y la naturaleza son el leit motiv con el que se ha decorado este vestidor de inspiración provenzal. Los frentes de los armarios, alistonados y con cuarterones de espejo, se han decorado reproduciendo las ramas del papel pintado con flores. 

Realizado por Kalmar, es una propuesta tan ligera como completa: cuenta con un completo módulo de cajones, barras para colgar y estantes para la ropa doblada y para guardar lo más voluminoso. Al ser un diseño modular, cuenta con la ventaja de poder mover los diferentes elementos para reorganizarlos si las necesidades cambian. 

Organizado en dos frentes y con un cómodo pasillo central para moverse sin problemas, este vestidor cuenta con un frente de armarios, con cuarterones pero de líneas modernas. Y otro de cajones, para tener la ropa doblada y los complementos en orden. 

Es una solución muy práctica cuando el vestidor se ha planificado en dos frentes paralelos y no se cuenta con un espacio muy amplio como pasillo central. Con las puertas correderas basta con que el pasillo sea de unos 90-100 cm para moverse con comodidad. 

En este dormitorio se ha aprovechado el pasillo de acceso para habilitar la zona de vestidor. Empotrados, se han diseñado hasta el techo para sacarle el máximo partido. Pintados en blanco, como las paredes, disimulan su envergadura. 

Anexionar una pequeña habitación contigua al dormitorio para reconvertirla en vestidor no solo te permite ganar mucho almacenaje, también disfrutar de una habitación más amplia, ya que la desahogas de armarios. Aquí, ambas estancias se comunican mediante una puerta corredera.

Pintado a juego con las paredes, con los frentes lisos y sin tiradores, este vestidor pasa totalmente desapercibido. Tras el cabecero, disfruta de mayor intimidad. 

La decoradora Clara Valls aprovechó una esquina del dormitorio para planificar el completo vestidor. Junto al ventanal, disfruta de mucha luz natural. Un módulo zapatero sirve para separar visualmente la zona de vestidor de la de descanso.

Los cuarterones de los frentes de los armarios se han revestido con una tela de algodón con relleno, lo que da volumen a un armario tan decorativo como capaz. Los armarios se han completado con una cajonera a juego que separa el vestidor del dormitorio. 

Es una opción decorativa y, a su vez, práctica, ya que si hay algo imprescindible en un vestidor, es un espejo. 

Además de cuantos más armarios mejor, un vestidor cómodo debe contar con otros elementos. Un gran espejo, una alfombra mullida y una descalzadora o un banco donde dejar la ropa o ponerse los zapatos. Son piezas que, en un vestidor, facilitan el día a día. 

Con la estructura de madera, a juego con las vigas, las cortinas que sustituyen a las puertas aligeran el peso visual del armario a la vez que le dan un look más desenfadado. También es un buen recurso para abaratar su precio. 

Este vestidor, con un frente de armarios empotrados hasta el techo y un módulo bajo a modo de zapatero, destaca por su diseño clásico y a la vez atemporal. 

El tramo de pared más cercano al baño se ha aprovechado en este dormitorio para habilitar el vestidor, con un completo armario de dos cuerpos. Para integrarlo mejor en la decoración, se ha planificado a juego con el cabecero y se ha lacado como las paredes. 

Proyectado por la decoradora Asun Antó, este vestidor disfruta de intimidad al protegerse tras un muro, pero a su vez está integrado en el dormitorio al prescindir de puerta y dejarse un paso abierto. Ya sabes, que en vestidores abiertos debes hacer un esfuerzo extra de orden. 

La decoradora Jeanette Trensig aprovechó un rincón del dormitorio para habilitar un completo armario en "L". En blanco y con un tiradores muy discretos, pasa fácilmente desapercibido.

Es precisamente el punto diferencial de este vestidor, planificado en dos frentes de armarios paralelos que comparten el mismo diseño pero donde uno tiene cuarterones ciegos el otro los tiene acristalados. ¡Qué gran idea!

La decoradora Pilar Sanchis aprovechó el entrante del dormitorio para destinarlo a zona de vestidor. Para separarlo visualmente de la zona de cama y dotarlo de más intimidad planificó un cabecero, lacado a juego, a modo de murete bajo.  

Este vestidor, separado del dormitorio mediante unas puertas correderas, está pensado para que cada cosa tenga su sitio: el módulo zapatero, que además sirve de separación de una distribución simétrica, las cajoneras para las prendas dobladas y los pequeños complementos, la zona para colgar, el módulo pantalonero... Así, mantener el orden es más fácil. 

Aprovechar la pared del baño con un gran frente de armarios a modo de vestidor es una solución muy práctica. Además, puedes destinar parte del espacio a almacenaje extra del baño.

La decoradora Pia Capdevila ha aprovechado la amplitud del dormitorio y la ventana a pie de cama para habilitar un gran armario empotrado a modo de vestidor. Una banqueta a modo de descalzadora delimita visualmente la zona de cama de la de vestidor. 

Los armarios a pie de cama, simétricos y separados por la cajonera, se han prolongado hasta la estancia contigua, un vestidor al uso. Esto permite tener las prendas de más uso o de temporada más a mano y reservar para el vestidor las de uso más esporádico. O a la inversa. 

Este vestidor, con armarios en "L", se ha planificado abierto al baño, separado tan solo por un paso abierto. Precisamente, al ser una antesala al baño se ha apostado por armarios cerrados.