¿Qué? ¿También los oyes? ¿Oyes los pájaros? Entonces te ha pasado lo que a nosotros. Que la imagen que abre este artículo te ha transportado directamente a un rincón mágico, íntimo, escondido... un paraíso delicioso que solo conocen unos pocos. Y no tiene por qué encontrarse en la Polinesia o en las Seychelles. De hecho, puedes llegar a encontrarlo muy cerca de ti...

El abrazo verde

Los paraísos tienen algo en común: naturaleza. Pueden tener forma de pequeño espacio rodeado de árboles de grandes troncos y ramas bajas. O incluso de rincón de terraza cubierto por una marquesina cubierta con enredadera.

Es decir, conseguir un trocito de intimidad en el exterior, requiere de plantas. Según el espacio de que dispongas, tendrás más o menos opciones. Aquí, una pequeña selección de algunos "verdes" perfectos.

  • De mucha hoja: helechos, hiedra, anturio, castaño de guinea...
  • Para vestir cubiertas: jazmín, buganvilla, glicina...
  • Árboles que dan buenas sombras: acacias, ficus, robles...

Toma asiento

Un paraíso íntimo siempre tiene un lugar donde sentarte o estirarte y desconectar del resto del mundo. Los más encantadores huyen de mobiliario actual. Las piezas de forja, las mesitas de sobre de mármol y pie de hierro o los bancos de madera recuperada, son las piezas que mejor encajan.

Y para darles más confort, no pueden faltar los cojines o los plaids de algodón. Una fórmula sencilla para dar color y personalidad a tu rincón.

Deja que envejezca bien

El paso del tiempo, lejos de ser un problema, es un aliado de estos espacios. Permite que la hierba crezca, que las plantas busquen su espacio, que la madera se desgaste (si hay elementos metálicos, protégelos de la humedad)... No hasta que sea una selva infranqueable, pero sí para que adquieran ese punto "decadente" que les aporta romanticismo.

Dónde no existe...

¡Créalo! En tu terraza o balcón puedes diseñar un rincón encantador. Necesitas que te "recoja". Coloca plantas de distintas alturas para darle movimiento y profundidad. Si puede ser, mejor en macetas que en jardineras alineadas, que dificultarán poner unas delante de otras para generar esa sensación de profundidad.

¡Ah! Y elige bien las macetas. Todo lo que decore tu rincón, debe tener encanto. Huye del plástico. Opta por los materiales naturales: barro, piedra, madera... Incluso macetas metálicas tipo retro quedarán perfectas.

Escoge plantas de distintos verdes, que cojan volumen y tengan alturas diversas. Te darán frondosidad

Be water my friend...

El sonido del agua relaja. Cierras los ojos y la sensación es prácticamente la misma para todo el mundo. En un nanosegundo ese borboteo se lleva consigo todos los agobios que has ido acumulando a lo largo del día.

Una pequeña alberca, una fuente, una acequia... Puedes crear un rincón todavía más encantador si tienes la opción de hacerlo junto ellos.

No te olvides de las luciérnagas

Nooooo... no te estamos diciendo que te dediques una noche a cazarlas para dejarlas ir en tu paraíso particular. Busca su chispeo luminoso con un gran farolillo o un conjunto de pequeñas luces.

Como lámpara, colgados de ramas, creando un camino, iluminando un pequeño jardín, formando una composición decorativa en el centro de la mesa... Las opciones son muchas y el efecto, siempre es ¡de foto!

Y aquí lo dejamos... ahora te toca a ti mezclar todas estas ideas y la inspiración de las fotos de nuestra galería y que de ello salga tu paraíso particular. A por él.