En gris y blanco, luminoso y moderno Este dúo cromático es todo un éxito en cualquier estancia pero en un pasillo mucho más. Le da luminosidad y amplitud a un espacio de por sí sombrío y, por ende, empequeñecido. Las paredes se han pintado de un gris suave mientras que el arco, las puertas y las molduras lucen lacadas de blanco. Un look elegante y muy moderno. Alfombras, de Ikea. Al fondo banco, de Kave Home. En beis y blanco, acogedor y cálido Otra excelente combinación de pasillos pintados resultones es la formada por beis y blanco. La ha elegido aquí el equipo de Deulonder Arquitectura Doméstica: las paredes lacadas en un suave tono arena, a juego con el parqué, compiten con el blanco del arrimadero, la carpintería y los techos. Como el pasillo es suficientemente luminoso gracias a las puertas acristaladas, han colocado una consola y un espejo oscuros que actualizan el recibidor. Consola, de Brucs. Pasillo pintado en un tono tostado Optar por techos blancos y un beis más tostado en paredes es la propuesta de la interiorista Sandra Dachs para el pasillo de su casa. Ha pintado la puerta corredera, a medida y de madera, del mismo color avellana que las paredes, lo que la hace mimetizarse con ellas. Además del aparador, ha amueblado esta pequeña zona de paso con un espejo de pie para hacerla más grande. ¿Más ideas para decorar y aprovechar el pasillo? Aparador, en Punt Mobles. Alfombra, en Coco-Mat. Blanco y arena, equilibrio perfecto En esta zona de paso en forma de Z, la interiorista Olga Gil-Vernet decidió colocar un arrimadero blanco en la parte inferior y pintar la superior en un tono duna. Una prueba más de demostrar que los neutros llevan luz y calidez allí donde los pongas. El cerramiento acristalado de la cocina con office hace que la luz circule también por el pasillo. Banco, de Carolina Blue. Pasillo en blanco y negro, fantástico contraste Los pasillos con ventanas gozan de más luz. Una característica que permite pintar sus paredes en tonos oscuros. La interiorista Judith Farrán se ha decantado aquí por una zona de paso elegante y sofisticada al revestirla con un arrimadero decorado en blanco y las paredes en un gris antracita, casi negro. La carpintería y los techos con molduras continúan en blanco para jugar al contraste. Pavimento, de madera de roble. Arrimadero, realizado por Totpint con un tejido de Elitis. Pasillo pintado en verde que semeja un jardín interior La necesidad de llevar al interior la sensación de estar al aire libre se hace patente en este singular pasillo, a modo de galería. La interiorista Sol Van Dorssen lo ha visualizado como un jardín interior, luminoso y decorado con plantas . De ahí que lo haya pintado todo él, paredes y techos, en un sugerente color verde. Madera y fibra lo acompañan, dándole un toque eco muy resultón. Alfombras, de Carolina Blue. Dos tonos de blanco para elevar los techos Combinar dos tonalidades de un mismo color es otra buena manera de hacer de tu pasillo un lugar llamativo. En esta imagen se ha elegido un blanco roto para las paredes, mientras que los arrimaderos y el techo se han pintado tres tonos más claros. Con ello se consigue más claridad, riqueza visual y, a la vez, el techo parece más alto. Consola, de Villalba. Lámpara de sobremesa, de Oficios de Ayer. Lámpara de techo, de Villa Victoria. Turquesa y blanco, ¡qué frescor! ¿Quieres darle un soplo de aire fresco a tu pasillo? Elige un color turquesa para pintarlo y lo lograrás. La interiorista Begoña Susaeta ha combinado pintura y papel pintado en las paredes con el color aguamarina como base y blanco en techos y carpintería. Ambos materiales, pintura y papel, los ha separado con una moldura creando un falso arrimadero. ¡Este es el espectacular resultado! Bonito y desenfadado ¿no te parece? Pasillo en tonos chocolate, calidez y sofisticación Los tonos tierras oscuros son otra de las paletas perfectas para dar un acabado atrevido a las paredes de un pasillo. En este de la imagen se ha combinado con acierto con un arena más claro presente en la madera de la carpintería y los rodapiés. La decoración de pared con imprimación roja le da a la estancia cierto aire sofisticado. Con molduras pintadas en gris suave ¿Quieres pasar de un pasillo soso a uno de revista? Decóralo con molduras que lleguen hasta el techo para un efecto más envolvente. Y pinta toda la pared, como se ha hecho aquí, en un tono neutro suave. Un gris soft es perfecto y combinado con el blanco del techo multiplica la luz y le da a la zona cierto aire clásico. Alfombra, de Basarabian. Pasillo pintado en tono piedra para unificar En las casas rústicas es posible descubrir paredes originales de piedra que cualquier profesional con dos dedos de frente querrá conservar. En este distribuidor, la interiorista Belén Ferrándiz optó por mantenerla y recuperar otros muros realizados con mortero blanco de cal pintado en un tono arena, muy texturizado. El blanco se repite también en las vigas lacadas y el beis, en el suelo y los rodapiés. Con ello logra unificar la zona. Lámparas de techo, de Misterwils. Alfombra, de Sareka. Con arrimadero blanco y paredes beis, clásico infalible Decorar el pasillo con arrimaderos pintados en blanco es una opción ganadora que te ayuda, además, a integrar la zona de paso con el resto de la decoración. En este pasillo larrrrrrgo, las interioristas Asun Antó y Clara Infiesta decidieron colocar un arrimadero con molduras a media altura y pintar la parte superior de las paredes en un tono arena. Así, contrasta con el suelo más oscuro. ¿Otro truco para acortar visualmente la longitud del pasillo? Disponer en el suelo un par de alfombras. Alfombras, de Ofelia Home Decor. Espejo y sofá Chéster, de Coton et Bois. Un pasillo pintado en dos tonos de gris ¿Prefieres los acabados homogéneos? Entonces te encantará la propuesta de la interiorista Elena Eyre para este pasillo. Ha pintado las paredes en dos tonos de gris, uno más claro arriba y otro más oscuro abajo creando un falso arrimadero. Este además lo ha rematado con una repisa estrecha para colocar cuadros. De esta forma se ve más decorado. Las puertas y el techo foseado se han pintado de blanco para darle más luz. Cerramientos en blanco y paredes en gris para multiplicar la luz Si quieres que un pasillo oscuro cobre vida, una de las soluciones es colocar cerramientos acristalados por los que se cuele la luz. En este pasillo, la interiorista Gloria Borrás lo tuvo fácil porque ya existían este tipo de puertas. Sencillamente las pintó de blanco. Y para las paredes y el techo eligió un tono gris visón que les da protagonismo. Pasillo en beis y gris, claridad a tope Y si el blanco junto con el beis te chifla, y sumado con el gris te encanta... ¿Qué te parecería un pasillo en beis y gris? Así lo sugiere la interiorista Meritxell Ribé en esta imagen. Ha elegido pintar la mitad superior en un gris suave y la mitad inferior la ha empapelado en un tono arena, liso pero con textura. Una moldura decorada separa ambos revestimientos. ¡¡¡Ahhh!!! Y el trío neutral se completa con el techo y las puertas en blanco. Así, la luz está más que asegurada. ¿Te gusta? Papel pintado, de Vescom. Cesto, de Sacum. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.