Antes y Después: 7 rincones de casa que quedaron irreconocibles solo con pintura (más barato imposible)

Elena optó por pintar la librería tipo puente en un suave color gris, así el salón gana en luminosidad y parece más amplio. La interiorista también lacó del mismo color las puertas correderas con sus cuarterones y la mesa del escritorio. ¿A qué la librería parece otra?

Esta cocina de aires setenteros contaba con una bonita ventana en forma de arco y una mesa abatible infrautilizadas. Además, la madera oscura hacían del espacio un lugar lúgubre. El suelo de baldosa marrón tampoco ayudaba. ¿Cómo cambiarle el aspecto a este diamante en bruto? Con una mano (o dos) de pintura.

La estilista Mónica Klamburg decidió pintarlo todo en blanco para multiplicar la luz. Lacó la carpintería de las ventanas, las paredes, los azulejos, las baldas de las estanterías, la mesa abatible ¡y hasta el suelo! ¿El resultado? Un precioso rincón para desayunar que ahora se ve luminoso, más amplio y muy acogedor. 

Antes de la reforma, este salón contaba con una librería negra, lineal que, junto al sofá rinconero gris marengo,  empequeñecía y entristecía la estancia. La estilista Solange Van Dorssen salió al rescate y propuso cambiar la librería de color. ¡El cambio fue espectacular!

Solange decidió pintar la librería en un tono blanco roto, como las paredes. Así le dio unidad. Cerró la parte superior del mueble para mantener mejor el orden y dejó la parte central abierta con baldas y fondo en color madera.

El nuevo color, unido al cambio de sofá, cuadro y mesa, dio lugar a este salón amplio y radiante que nada tiene que ver con el anterior.

Nuria vió todo el potencial de la mesa y la convirtió en una preciosa consola para el recibidor. Ahora luce así de bonita y actual con su superficie de madera natural y las patas pintadas en un verde humo. ¡Ha quedado divina!

Las boiseries de madera, esos muebles clásicos con estanterías a los lados y la chimenea en el centro, suelen pesar visualmente al ocupar toda una pared. Según el color de la madera, pueden oscurecer y avejentar el salón.

Eso es lo que le ocurría a esta de la imagen. Pedía a gritos una intervención de inmediato. Necesitaba una mano de pintura para aligerar su contundencia y actualizar su look. ¿De qué color crees que se pintó?

Nuria pintó la cómoda en un color "verde busta, un verde seco muy oscuro. Lo elegimos porque iba perfecto con el papel del dormitorio. Es un color precioso y muy elegante. Los tiradores se mantuvieron pero reaparecen pulidos"—afirma la restauradora.

Así, respetando su espíritu clásico, este cambio devolvió la cómoda a la actualidad. Ahora el dormitorio respira serenidad y elegancia. Delante de la pared revestida con ese papel botánico ideal, la cómoda vive una segunda juventud.

La estilista de El Mueble Mónica Klamburg optó por pintar los azulejos de blanco como las paredes para llenar la cocina de luz. Y para contrastar, lacó los muebles de cocina en negro para darle una apariencia moderna. Blanco y negro, un tándem actual que funciona.