Sí, ya sabemos que hay una pertinaz sequía y que el panorama no parece mejorar, que la falta de agua es un problema y de los gordos, pero el hecho de poner una bañera en tu baño no significa que estés tooooodos los días y a todas horas en remojo. Tomar un baño es ese privilegio que tienes en contadas ocasiones: cuando llegas de un viaje agotador, tras un día de trabajo ajetreado, cuando un gripazo no te deje ni pensar y decides sumergirte para ver si te espabilas, cuando el frío te atenaza o cuando quieres mimarte y dedicarte una tarde a ti y la bañera te recompone cuerpo y alma... En fin, esos momentos especiales que te reconfortan y te hacen mantener una relación sana, casi terapéutica, con tu bañera.
Tener el baño en el dormitorio es una comodidad impagable y contar en él con una bañera que te permita disfrutar de un baño relajante, un ritual mágico. Los interioristas lo tienen muy en cuenta en sus proyectos de suites. La mayoría eligen bañeras exentas y ovaladas, que le dan un toque elegante y atemporal a los dormitorios en los que se integran perfectamente. Y optan por griferías de pie negras, más modernas.
Hoy en El Mueble, te decimos las razones por las que incluir una bañera en el dormitorio es un lujo accesible que deberías tantear este 2025. Ese lujo silencioso, lejos de lo ostentoso y lo excéntrico, mucho más cercano a lo sencillo, la calidad y la atemporalidad. Vamos a ver algunos ejemplos, a ver si te convencemos.
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