Los tonos blanco y arena son cálidos y dan luz, por eso, la interiorista Olga Gil Vernet los ha empleado para revestir las paredes de este salón. El blanco en el arrimadero y el arena en la pintura que cubre la parte superior. Ambos neutros, contrastan a la perfección con el sofá tapizado en un verde intenso. Así, se logra el tan ansiado equilibrio cromático. Olga pone la guinda decorativa con un cuadro bien centrado sobre el sofá, que lo impregna todo de luz.
Sofá, de Miki Beumala. Butaca Croissete, de Honoré, en Carolina Blue. Mesas de centro y lámparas, de Little House. Mesa auxiliar, de Ethnicraft, en La Maison. Cuadro, de Sacum.