En un salón de pocos metros, el color puede ser un buen aliado a la hora de hacerlo crecer visualmente, para que se perciba más grande. “Como norma general, en estancias pequeñas, los tonos claros, que reflejan bien la luz, funcionan mejor para ampliar la sensación de espacio”, señala la interiorista María Acha.

Para ponérnoslo más fácil, nos ha revelado cinco colores para acertar en un salón pequeño. Aunque no te lo creas, ninguno es el (clásico y básico) blanco roto, pero todos destilan su estilo y elegancia. 

Los cinco magníficos

Salón con arco y paredes grises

En 2025 se llevan los grises con base marrón o dorada

Amador Toril Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia Interiorismo: María Acha

Gris: un neutro con tirón 

El gris no tiene por qué ser triste y aburrido, podemos usarlo como un buen fondo para introducir después, en mobiliario y complementos, colores más atrevidos. Además, es un compañero perfecto para las maderas que lo equilibran. En 2025, el gris cálido con base marrón o dorada es nuestra opción favorita.

Salón con paredes azules y techo blanco

El azul y el blanco forman un dúo perfecto 

El Mueble

Azul claro para potenciar la luz

El azul pálido es también una buena opción, sobre todo si pensamos en continuar, después, con una paleta de tonos neutros, blancos y grises. Recuerda que estamos ante un gran reflector de luz natural.

Salón pequeño con paredes verdes y carpintería más intensa

Los verdes apagados y claros amplían y aportan frescura

El Mueble

Verde: la pincelada vibrante más natural

Si buscamos algo un poco más vibrante, ir a una paleta de verdes puede ser una buena decisión. Las paredes en tonos de verde apagados y claros, como el tono salvia, funcionan muy bien como fondo en las paredes. Si, además, añadimos vegetación natural al conjunto, la sensación refrescante que conseguiremos en el pequeño salón, está garantizada.

Salón con paredes rosas y chimenea blanca

Los tonos más pálidos son una buena opción para pintar las paredes

El Mueble

Rosa pálido: la dulzura que envuelve sin agobiar

A veces un tono cálido puede obrar milagros en una estancia pequeña. Una paleta de rosas pálidos, melocotones o lavandas con base marrón pueden crear una atmósfera dulce y muy reconfortante. Si vamos a usar el color en todas las paredes del salón, es más seguro quedarse en las gamas más claras.

Salón con paredes marrones y sofás blancos

Los tonos marrones aportan un plus de calidez

El Mueble

Marrones apagados y tierras claros: sensación de hogar 

Son colores ideales para crear salones muy acogedores, ya que aportan profundidad y sensación de bienestar, sin recargar el espacio.

Otros trucos con pintura para ampliar los metros

Salón con paredes oscuras

Una pared de acento también puede jugar a favor de la amplitud

Interiorismo: MARÍA ACHA

Los techos tienen mucho que decir

Una manera de ampliar visualmente un salón pequeño es pintando el techo de un color más claro que el de las paredes. Puedes combinar dos intensidades del mismo tono, utilizando la más suave en el techo, o dos diferentes que contrasten y aporten luminosidad. Por cierto, el techo blanco siempre es una buena forma de introducir colores atrevidos en las paredes, ya que proporciona sensación de amplitud y potencia la luminosidad.

Pared de acento

Siempre que se haga bien, pintar una pared en un color oscuro puede ayudar a crear sensación de profundidad. Parte de su éxito está en encontrar el tono idóneo y en usar este truco en una estancia con mucha luz natural. También funciona pintar un mueble grande a modo acento.

El acabado también influye

La elección de uno u otro acabado también será importante en el resultado final. Así, uno mate aporta profundidad y sensación de amplitud, además al disimular los bordes, hará que las paredes no ‘corten’ y los límites estén más disimulados. Mientras que uno satinado o uno estucado incrementará, por arte de magia, la luz, al mismo tiempo que incrementará los metros visuales.

Los elementos que van a la pared, a juego

Una manera de hacer que el espacio se perciba más amplio es pintando a juego los elementos que van pegados a la pared, como los radiadores, las puertas, los zócalos y los marcos de las ventanas. Así conseguirás unificar, lo que tenderá a hacer el ambiente más espacioso.

Este truco también funciona con piezas como la típica estantería del salón. Al pintarla del mismo color que la pared, contribuirás a que la longitud de la propia pared aumente, ya que los ambientes uniformes siempre parecen más grandes. Se trata de buscar la continuidad.

A veces, colores oscuros

Aunque los colores claros son los mejores aliados de los salones pequeños, los tonos oscuros pueden dar mucho juego, siempre que la estancia sea muy luminosa. La sensación de amplitud se produce porque estos disimulan los cortes y las líneas que dividen el espacio.