Cuando entras a casa, el recibidor es la primera impresión que tienes del hogar. Un espacio ordenado y bien organizado puede marcar la diferencia, y los zapateros se convierten en aliados esenciales para mantener el caos de los zapatos bajo control. Ya sea que vivas solo o con familia, las opciones de almacenamiento para calzado se han convertido en una necesidad para quienes buscan un vestíbulo práctico, acogedor y libre de desorden.

En el mercado existen muchas alternativas de zapateros que, además de cumplir con su función de guardar zapatos, aportan estilo y personalidad al recibidor.

Desde modelos compactos para espacios reducidos hasta opciones modulares que se adaptan a colecciones más grandes, cada diseño ofrece soluciones que permiten aprovechar el espacio sin renunciar a la estética.

Un buen zapatero no solo ayuda a organizar, sino que también contribuye a crear un ambiente agradable que te da la bienvenida y facilita el día a día.

Ya sea que busques una solución discreta y funcional o un mueble que se convierta en protagonista del espacio, aquí encontrarás ideas para transformar la entrada de tu hogar en un lugar ordenado y con estilo.

El zapatero es una pieza que te ayudará muchísimo en el recibidor, pero también hay otros muebles y complementos que incrementarán su estilo impidiendo que se convierta en una zona de paso insulsa, dándole personalidad y creando la perfecta antesala de lo que encontrarás a continuación.

 

Los imprescindibles

Una alfombra lo es. Tanto si tu recibidor es un espacio cerrado como si está abierto al resto de la casa. Consigue delimitar visualmente el espacio y viste. Y un perchero y una balda o una superficie en la que dejar bolsos, mochilas o gorros.

¡Ojo con el espacio! Al colocar un zapatero o cualquier otra pieza, comprueba que dejas 90 cm libres para poder pasar sin problemas.

Pero también la luz tiene una importancia clave. Los recibidores suelen ser espacios oscuros. Intenta que la luz natural le llegue con puertas acristaladas o espejos que reflejen la luz que entra en las habitaciones contiguas. Un truquillo: ilumina las paredes con leds porque crea el efecto óptico de alejarlas y que se amplíe el espacio.

Y por supuesto, dale un toque personal: un jarrón con tus flores favoritas, fotos personales, cuadros o recuerdos de viajes... piezas que solo podrás encontrar en tu recibidor, que te "abrazarán" cuando entres y que se convertirán en una bienvenida más cálida para quien te visite.

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