Las 10 tendencias decorativas del año 2000 que fueron un éxito, pero no queremos que vuelvan NUNCA más

Si algo nos enseñaron las tendencias de principios del 2000 es que siempre hay margen para que las cosas vayan a peor. Los que vivimos aquellos años de poco gusto estético, estrenamos siglo con un manual de estilo escrito por nuestro peor enemigo, algo que se extrapoló también a la industria de la moda con prendas indescriptibles destinadas al más profundo de los olvidos. Muchos vaticinaban para el 2000 el fin del mundo y creativamente hablando no iban desencaminados…

'American Beauty' fue una de las películas más vistas de los 2000.

Ahora, este fenómeno tiene nombre propio y lo hemos bautizado recientemente como YK2, unas siglas que significan Year 2.000 (año 2000). Sin embargo, antes no fueron más que una consecución de despropósitos visuales que se colaron de soslayo en nuestras vidas y los adoptamos en casa sin miramientos como algo súper novedoso y transgresor. ¡ERROR! Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y ante la avalancha de tendencias nostálgicas que vuelven a primera plana como un boomerang del pasado, queremos que no vuelvas a tropezar con estos 10 lapsus decorativos que nunca debieron suceder.  ¡Toma nota!

Los falsos pop art

 

 

Los que compartimos piso de estudiantes en aquellos dosmileros años recordamos con una mezcla de ternura y horror los cuadros que colgaban de nuestras paredes. No había casa que no estuviera decorada con piezas con la cara de Marilyn al más puro estilo Andy Warhol, o la de Audrey Hepburn fumando un cigarrillo con una larga boquilla, por no hablar de los cuadros con Vespas verdes o los fake de Roy Lichestein que tanto furor causaron en unos años en los que los llamados “poperos” o fanáticos de la cultura pop hicieron su agosto. Esperemos que no vuelva más y todo quede en un simple recuerdo.

Marcos de fotos vacíos y murales

 

 

Haciendo memoria de las tendencias dosmileras, queda claro que las paredes fueron unas de las grandes protagonistas a principio del milenio. No sabemos si era un recurso económico para tapar el gotelé o una falta absoluta de sentido común y estético, pero lo cierto es que los collages enormes hechos con marcos de fotos dispares coparon las paredes allá por el 2000. Muchos ponían fotografías personales (los que lo hacían en blanco y negro tenían cierta vis artística) y había quienes directamente se nutrían de fotocopias e imprimían secuencias de películas clásicas o iconos atemporales como Casablanca o James Dean…

Del mismo modo, e influidos por la alargada sombra de la serie Friends, pensábamos que poner marcos de fotos vacíos era algo novedoso y bonito. Craso error… Esta solución solo quedaba bien enmarcando la mirilla de aquel mítico apartamento neoyorkino donde Rachel, Joey, Mónica, Ross, Phoebe y Chandler nos alegraban los días desde la pequeña pantalla.

Cojines con forma de corazón, arcoíris, nube…

La noche del domingo 23 de abril del año 2000 se puso en marcha Gran Hermano, el programa de televisión que iba a convertirse en el más visto en España de ese año y en todo un fenómeno social. En el recuerdo de todo quedará ese confesionario con un cuadro de colores que sigue en la retina de muchos, y un cojín rojo en forma de corazón con largos brazos al que se abrazaban los concursantes mientras hablaban con el Súper. Pues bien, ese cojín fue replicado por IKEA y otras tantas firmas low cost, convirtiéndose en todo un fenómeno decorativo que no faltaban en las casas. Aunque los cojines con formas de corazón, nube o arcoíris amenazaban con volver, mejor quedarnos con los clásicos rectangulares, cuadrados o redondos, con colores neutros y lisos que tan bien resisten al paso de los años y al dictado de las tendencias.

Adiós Budas, hola velas y mikados

Una mesita con velas.

La obsesión con el universo zen implosionó en el año 2000, llenando las casas de los adeptos a esta filosofía de budas de piedra, fuentecitas de agua, lámparas de sal, piedras redondeadas o fotografías de jardines que recargaban demasiado el ambiente y lo hacían parecer más un centro de meditación que un hogar. Ahora, toda esa estética se ha sustituido por ambientes ligeros y livianos, de colores neutros y olores agradables con velas y mikados que nunca están de más para mantener un ambiente relajado en casa.

Vinilos decorativos

 

Los vinilos han sido el mayor fake en la historia de la decoración. Nos las prometíamos felices pensando que esos sencillos adhesivos iban a cambiar el aspecto de nuestro hogar, de la misma manera que, si nos cansábamos de ellos, íbamos a poder retirarlos sin dejar marca en la pared. MENTIRA. ¿Qué pintaba una flor gigante en un lado de la pared? ¿O una serie de círculos de colores que no tenían ningún tipo de sentido en nuestro salón? Aunque fuera una solución barata, era fea con ganas. Si algún día se te vuelven a pasar por la cabeza, piensa que siempre será mejor poner un buen papel pintado a tiempo.

Pantallas de papel

Por aquella época hubo un boom de los farolillos de papel. Una solución a corto plazo que, al igual que el caso anterior, nos recuerdan que lo barato sale caro. Esas delicadísimas pantallas de papel que colgábamos del techo y se abrían como un acordeón llegaron a saturarnos y murieron de éxito. Hoy vuelven, pero son unas pantallas hechas con un material mucho más resistente y con formas orgánicas y livianas más acordes con las tendencias actuales, tal y como hemos visto en firmas como Zara Home.

Muebles grandes para la televisión

Aún hoy encontramos rescoldos de aquellos muebles enormes que tanto éxito tuvieron hace dos décadas. Coincidiendo con el auge de los DVD´s, muchos fabricantes de muebles vieron un filón en el mobiliario para el salón, concretamente, en unos muebles para la televisión que ocupaban prácticamente la totalidad de la pared y se podían exhibir también todos los DVD´s. Hoy, como es normal, esta moda ha pasado a la historia y se llevan muebles mucho más pequeños y livianos con capacidad de almacenaje que permita ocultar los trastos innecesarios a la vista.

Piezas chunky

El concepto ‘chunky’ que hemos visto en moda, más concretamente en las zapatillas toscas y gruesas que fueron un clásico en el 2000, se extrapolaron a la decoración con piezas grandes, contundentes y, a poder ser, con formas sinuosas. Los espejos con siluetas irregulares e incluso luces leds de colores fueron un must hace 20 años y no creemos que vuelva a ser tendencia como tal.

Todo al rosa

El color rosa, siempre con cuidado y en pequeñas dosis.

La generación Z se ha encargado de poner de moda la decoración al estilo Y2K con elementos que habían triunfado en su momento. Sin embargo, no creemos que sea una tendencia a largo plazo, porque ahora se busca, ante todo, la atemporalidad. Mientras en la moda aparece asociado a un estilo más grunge, en la decoración se tiende hacia una estética más dulce y onírica, con los colores rosa pastel y las formas sinuosas como protagonistas. Que todo recuerde a Paris Hilton y sus chándales de terciopelo rosa, a las mesitas de noche de metacrilato y al universo edulcorado de Hello Kitty. Más es más, pero hoy en día ya no nos funciona.

Terciopelo

El terciopelo siempre es tendencia, pero en su justa medida.

En pequeñas dosis nos encanta, con su acabado satinado, suave y elegante, pero tapizar todo de terciopelo como hace 20 años ya no tiene cabida en nuestras casas. Ahora lo que se llevan son las mezclas de texturas y tejidos en tapicerías, cojines, mantas y cortinas para crear ambientes mucho más actuales y acogedores.

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