Cuando la propietaria de este piso en Málaga contactó con Sol van Dorssen, estilista de Vestir tu Casa y de El Mueble, tenía clara una cosa: quería dar un buen cambio a su salón-comedor, de 25 m2 y planta alargada. "Tenía una base neutra y bonita, pero no tenía claro cómo avanzar con la decoración. El salón estaba prácticamente vacío y había que hacerlo acogedor", cuenta Sol. ¡Y se puso manos a la obra!
No hacía falta reforma: el suelo de madera y las paredes blancas eran puntos a favor. Igual que la librería a medida. La clave estaba, pues, en los muebles. Una de las piezas que ya había en la casa es el sofá. Tan pronto como lo vio, Sol supo que iba a conservarlo. "Un sofá tapizado en lino, y en L, ¡siempre es un acierto!", exclama la estilista.
A partir de ahí, eligió las piezas de alrededor basándose en un estilo atemporal con un toque nórdico, pero con más calidez. Al sofá le dio vida con cojines, una mezcla de cuadrados y alargados en tonos rosados, y que van a juego con los cuadros que colgó de la pared. Esta es una de las grandes claves de la transformación: el cuadro que había antes, demasiado moderno y con toques rojizos, hacía frío el ambiente y llamaba demasiado la atención.
Frente al sofá, Sol lo puso todo nuevo, porque antes no había muebles auxiliares ni piezas decorativas. "Al ser un espacio alargado elegí elementos claros y suaves para dar luz. Predominan el blanco, la madera y las texturas: linos, terciopelos y borregos". Las mesas de centro son tipo nido y redondas, muy prácticas en un espacio reducido. Igual que la lámpara de pie junto al sofá, "no había espacio para poner una mesita auxiliar, y así di el punto de luz que siempre se necesita".
¿Qué hay de las cortinas? Tampoco estaban. En su lugar, la propietaria tenía unos estores tipo screen que, junto al cuadro, endurecían el ambiente. De ahí que los cambiase por unas bonitas y ligeras caídas de lino blanco. ¡Siempre encajan! Otro cambio: la alfombra. Bien clarita y que viste el espacio, pero sin sobrecargarlo, en un tono parecido al del suelo.
Aunque si Sol hizo un gran cambio fue en la zona de comedor. Que queda justo al lado del sofá y... ¡no tenía mesa! Solo una lámpara de techo negra que colgaba sin sentido. "El espacio que teníamos era limitado, porque el espacio para el comedor está marcado por el sofá y la barra de la cocina, que es abierta. Por eso elegí una mesa de comedor extensible, de madera clara y del estilo del salón", nos cuenta Sol.
"Las sillas tenían que ser confortables y tapizadas, pero no de estilo clásico. Buscamos un punto moderno y lo conseguimos con cuatro sillas de borreguito blanco". En el comedor, además, la estilista cambió otra pieza. El aparador de madera y hierro que tenía antes la propietaria. En su lugar eligió un mueble de madera clara con puertas de rejilla, que acompañó de un espejo redondo. No podía faltar para dar profundidad al espacio alargado.
¿La guinda del pastel? Lo dio en la librería a medida. Era nueva, blanca y con madera, pero estaba desnuda. Le faltaban accesorios. Sol puso cestos de fibras, decoró las baldas con libros, organizados por color y sin saturar, e hizo cómodo el banco que hay a un extremo con cojines de asiento y respaldo. ¡Et voilà! La magia de la decoración.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.