En el salón, el protagonista es el sofá. En la cocina, seguramente lo sea la encimera. En el baño, el mueble del lavabo, y... ¿En el dormitorio? ¡El cabecero! Cuando entramos en una estancia de este tipo, el foco visual nos conduce directamente a este elemento clave del dormitorio. Más allá de su verdadera función - que es la de proteger la pared del roce de la cama - el cabecero se ha convertido en una pieza esencial a la hora de dar estilo a nuestro dormitorio, siguiendo nuestras propias necesidades y personalidad.
Partiendo de la base de que existe un amplio abanico de opciones y estilos de cabecero, sabemos que puede ser algo difícil escoger aquel que sea perfecto para nuestro dormitorio. Por ese motivo, te traemos seis trucos que los puedes tomar como consejos que te guiarán a elegir el cabecero que más te conviene. ¡Sigue leyendo!
1. Ten en cuenta el tamaño de tu habitación y de la cama
El primer paso para escoger cabecero, es tener en cuenta las dimensiones tanto de nuestro dormitorio como de nuestra cama. Una vez que entendamos que hay cabeceros que se ajustarán mucho mejor a nuestro espacio que otros, podremos pasar al siguiente punto, escoger el estilo decorativo del cabecero.
Así, en las habitaciones pequeñas, optaremos por cabeceros compactos o de baja altura. En las que son más amplias, elegiremos cabeceros con una proporción adecuada, es decir, que no supere un tercio de la altura total de la pared. Si son dormitorios grandes, entonces podremos arriesgar más, colocando un cabecero alto (que además son tendencia).
2. Define el estilo decorativo que quieras
Clásico, minimalista, moderno... lo ideal es que toda tu casa siga una misma línea decorativa y que, por tanto, el cabecero que escojas se ajuste bien al estilo de tu dormitorio. Líneas simples, materiales naturales, tapizados lisos... tienes que tener en cuenta estos detalles a la hora de escogerlo, puesto que debes encontrar esa armonía y unidad visual.
3. Materiales duraderos
Si quieres, un cabecero puede durarte toda la vida. ¿La clave? Mirar bien los materiales con los que está fabricado. Dichos materiales pueden combinar estilo y funcionalidad a la vez. Entre ellos, encontramos, por ejemplo, telas tapizadas, como microfibra o terciopelo. También cabeceros de madera o metal, fáciles de limpiar y muy resistentes. Por último, cabeceros de ratán o fibras naturales, son ideales para dar frescura al dormitorio y, además, duran en perfecto estado años y años.
4. Cabeceros hechos a medida para mayor funcionalidad
Los cabeceros hechos a medida tienen la ventaja de que se pueden diseñar a tu gusto, conforme las dimensiones de tu dormitorio y adaptado a tus necesidades. Jugar con su funcionalidad es clave no solo para dar un extra decorativo en el dormitorio al añadir estantes o almacenaje integrado, sino porque también te permite aprovechar mucho más el espacio.
5. Mejor desenfundable
Los cabeceros desenfundables, además de ser elegantes y dar una imagen clásica y cuidada al dormitorio, tienen la ventaja y el punto a favor de que se puede extraer la funda, lavarla y volver a colocarla para que el cabecero siempre esté como nuevo. Además, puedes cambiar la funda, y por consiguiente el estilo de tu cabecero, tantas veces como quieras. Por ejemplo, es una buena opción para los cambios de temporada. ¡Nos encantan este tipo de cabeceros!
6. Con mesillas ya integradas
Si quieres optimizar el espacio de tu dormitorio y sacarla el máximo partido, escoge un cabecero que incluya las mesitas de noche. Aunque hacerlo directamente con un cabecero de obra es lo más fácil, hay algunos independientes que también cuentan con esta cómoda opción. ¡Lo agradecerás!
Siguiendo estos tips, estamos seguros de que al fin encontrarás un buen y práctico cabecero. Sea cual sea el tamaño de tu dormitorio y tu cama, existe una opción perfecta y estilosa. ¡Toma nota y empieza a aplicarlos!